Las almohadas desempeñan un papel crucial en la calidad y profundidad del sueño, al mantener la columna alineada y prevenir posibles dolencias en el cuello o la espalda, tanto a corto como a largo plazo.
Sin embargo, debido al uso constante, las almohadas pueden acumular bacterias y suciedad, lo que requiere una limpieza regular para evitar el desarrollo de alergias respiratorias, congestión nasal, asma u otras afecciones cutáneas que puedan afectar la salud en general.
El sudor producido por el cuerpo durante la noche es una de las principales causas de manchas en las almohadas, ya que es una respuesta natural para regular la temperatura corporal. Además, las partículas de polvo presentes en el aire pueden depositarse en la cama y contribuir a la acumulación de suciedad en las almohadas.
Con el fin de mantener una higiene adecuada, los expertos recomiendan lavar las almohadas al menos cada dos o tres meses, dado que se utilizan durante aproximadamente 7 u 8 horas diarias a lo largo de la semana, evitando así la proliferación de ácaros y bacterias que podrían afectar la salud.
¿Cómo lavar una almohada sin que se dañe?
Para mantener la calidad y prolongar la vida útil de su almohada, es importante seguir ciertas recomendaciones de limpieza. Tanto el relleno como la funda deben lavarse regularmente para evitar la acumulación de hongos. A continuación, se detallan las recomendaciones y los materiales necesarios:
Materiales:
- 1 taza de agua
- 20 gramos de jabón rallado o glicerina
- El jugo de un limón
- 3 cucharadas de agua oxigenada
Procedimiento:
1. Caliente una taza de agua y disuelva en ella el jabón o la glicerina elegida.
2. Una vez disuelto, retire del fuego y agregue el bicarbonato de sodio, el zumo de limón y el agua oxigenada.
3. Mezcle bien hasta integrar todos los materiales por completo.
4. Luego, coloque la almohada en la lavadora y añada la mezcla preparada.
5. Seleccione el ciclo medio en la lavadora para el proceso de limpieza.
6. Deje secar al aire libre.
7. Este mismo proceso puede aplicarse tanto al relleno como a la funda.
Es fundamental leer las instrucciones de lavado que se encuentran en la etiqueta para asegurarse de seguir el método más adecuado para su tipo de almohada, especialmente si requiere instrucciones especiales.