La lavanda es una planta a la que se le reconocen bondades medicinales. Se dice que tiene propiedades relajantes y puede ser usada para tratar padecimientos de ansiedad, depresión, mala digestión o incluso la picadura de insectos en la piel.
Su nombre científico es Lavandula, que proviene del verbo latino lavare, porque la flor de esta planta ayuda a lavar las heridas tanto físicas como emocionales. Su aroma la ha convertido en una buena alternativa en los procesos de aromaterapia. En países como Francia, por ejemplo, es muy utilizada para elaborar perfumes y aguas de colonia. También se utiliza como ambientador y para ahuyentar los insectos.
Sus flores son la materia prima para la producción del aceite esencial, que es utilizado para tratar diversas afecciones como las quemaduras o las heridas tópicas. Este producto tiene propiedades regeneradoras que ayudan a la cicatrización de la piel, de acuerdo con información del portal Hogarmanía.
Pero estos no son los únicos beneficios que podrían obtenerse de tener una planta de lavanda en el hogar. También es usada en un tema de protección frente a las malas energías, contra la envidia, para despejar los caminos de la abundancia y gracias a ello es buena para atraer el dinero.
De acuerdo con la filosofía china del Feng Shui, esta mata atrae la buena fortuna y por ello si se coloca a las afueras del hogar, justo en la puerta de ingreso a la vivienda se puede absorber el sol, el agua y la mala energía. Además, según la revista Architectural Digest, la lavanda es muy atractiva para obtener el dinero y la prosperidad.
El portal Panorama indica que otro lugar en el que puede ponerse esta mata es por detrás de la puerta principal y si no es viable por espacio o distribución, es posible acomodarla a un costado, de esta manera se notará como la buena suerte comienza a fluir y va mejorando el ambiente en casa.
Cuidados con la lavanda
Una de las preguntas que las personas se hacen con frecuencia en torno a los cuidados que se deben tener con esta mata es si debe estar en sombra o al sol. Así las cosas, los expertos aseguran que lo mejor es colocarla en el lugar que más sol reciba durante el día, pues sus necesidades de luz son altas y lo ideal es que esté expuesta al menos a seis horas al sol directo. Si está en espacios interiores se debe elegir el sitio que reciba más luz del exterior durante el día.
En cuanto a la tierra, es clave que esta tenga un buen drenaje y no acumule exceso de agua que pueda dañar la raíz. Se deben evitar los suelos arcillosos y elegir las superficies arenosas para una mejor filtración del agua que elimine la concentración de humedad.
Finalmente, en lo que se refiere al riego, la lavanda es un arbusto silvestre y, por lo tanto, no es muy exigente respecto a la cantidad de agua y puede adaptarse a la mayoría de climas templados.