El sueño, una función vital para la salud mental y física, ha sido objeto de estudio por parte de instituciones reconocidas como el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) y la Asociación Americana de Psicología (APA). Estas instituciones han contribuido significativamente a la comprensión científica del sueño y sus mecanismos.
Aunque el sueño es una parte integral del ciclo circadiano, según el NINDS, las variaciones en la frecuencia y la intensidad de los sueños son notables entre diferentes personas. Factores como el estrés, la calidad del sueño y la salud mental pueden influir en la experiencia onírica (imágenes que se ven en el sueño).
La creencia de que “nunca soñamos” es una afirmación que muchas personas hacen a menudo, pero la realidad es que todos sueñan, aunque no siempre se recuerden esos sueños, de acuerdo con la APA. La cuestión de por qué algunos recuerdan sus sueños con claridad, mientras que otros los olvidan por completo ha sido objeto de debate y estudio durante años.
La NINDS explica que los sueños son el producto de imágenes que se forman en el cerebro durante la noche, una manera de “resolver” conflictos internos que no se han enfrentado conscientemente durante el día. Esta teoría sugiere que, al sumergirse en el sueño, se permite que el inconsciente brinde respuestas más allá del alcance de la lógica y la razón, convirtiéndose así en un reflejo de los deseos, temores y anhelos. De ahí, que cuando la mayoría son temores, el cerebro “automáticamente” reprima esas imágenes; por eso, no se recuerdan muchos sueños.
Entre otras razones por las cuales no se recuerdan los sueños está que la memoria está ocupada construyendo el propio sueño, lo que resulta en que la información se pierda antes de que se pueda recordar. “Es como si la mente estuviera ocupada armando un rompecabezas interno, pero al despertar, las piezas se desvanecen en la neblina de la conciencia, no se ha formado el sueño como tal”, explica el médico Santiago Rojas, asesor de descanso para Americana de Colchones.
Sobre los sueños que sí se recuerda, el experto afirma que, “durante el sueño, nuestro consciente desaparece para dar paso a nuestro subconsciente. En esta fase, el tiempo, el espacio y la lógica parecen desvanecerse, y nos sumergimos en un mundo donde las reglas habituales no se aplican. Esto podría explicar por qué los sueños a menudo parecen irracionales o incoherentes cuando los recordamos”.
El doctor aclara que muchos de los sueños que se recuerdan están ligados a esas condiciones de estrés o ansiedad que se pueden haber “arrastrado” del día a día, como el trabajo. Además, muchos se mezclan con los anhelos y las situaciones irracionales.
Truco para recordar un sueño
Entender los sueños se ha convertido en un campo de estudio fascinante en la psicología y la neurociencia. Entre las prácticas recomendadas para mejorar la capacidad de recordar los sueños, de acuerdo con el doctor Santiago Rojas, se encuentra la simple acción de dejar un lápiz y papel en la mesa de noche, “esto permite a las personas anotar inmediatamente cualquier fragmento o detalle que recuerden de sus sueños al despertar”.
Al hacerlo, “se crea un registro que puede ser útil para analizar y comprender mejor los sueños, lo que puede arrojar luz sobre los conflictos internos y los deseos ocultos que se manifiestan durante el sueño”, enfatiza.