Cuando se habla de trenes casi de inmediato se viene la imagen no solo del medio de transporte en sí, sino de la infaltable cama de piedras sobre la cual reposan los rieles, sin embargo, pocas personas conocen la verdadera razón por la cual desde la antigüedad se ha utilizado este tipo de material para sostener las vías férreas.

Las camas de piedra mantienen en buenas condiciones las vías de los ferrocarriles | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

¿Para qué sirven los balastos en las vías de tren?

Los balastros o camas de piedra se colocaban bajo la vía de los trenes para evitar que se hundieran por el paso de estos.

Esta idea surgió a raíz de los problemas que se presentaron con los primeros trenes, pues las vías tendían a hundirse debido al peso del vehículo, ya que las cargas superaban la capacidad portante de la tabla.

Con el fin de evitar estos inconveniente los ingenieros de la época determinaron que lo ideal era crear un efecto granular debajo de las vías para repartir las cargas que debían soportar las vías

Para crearlo, formaron estas famosas camas con piedras que miden entre 3 y 6 centímetros, creadas al triturar basaltos, granitos y cuarcitas.

Red férrea.

¿Por qué se siguen empleando los balastos?

En la actualidad, los balastos también cumplen varias funciones todas ellas relacionadas con mantener las vías de los trenes en las mejores condiciones.

Una de las principales características del balastro es su gran elasticidad. Su lecho actúa como un muelle amortiguando el efecto de las cargas de los trenes. En ella además quedan empotradas las traviesas evitando así los movimientos tanto longitudinales como trasversales de la vía.

Por otro, permite afinar la rasante de la vía y su peralte. Con esto se evita el descarrilamiento del tren , lo cual puede traer consecuencias fatales para el vehículo.

Los trenes están sobre un lecho de rocas | Foto: Semana

Por último, el balasto aísla las traviesas del terreno, evita el crecimiento de vegetación en la plataforma y colabora en la reducción del ruido de paso de los trenes.

Pero pese a todas estas ventajas a medida que se han implementado los trenes de gran velocidad, se han comenzado a presentar algunos problemas por el balasto que se desprende y causa daños en los componentes críticos del ferrocarril, sobre todo a nivel de los vidrios, lo que ha llevado a que muchos países desarrollen su red de ferrocarriles de alta velocidad sobre vía en placa.

Pese a su gran utilidad y al aporte para el desarrollo de las vías férreas, para muchos el tiempo del balastro está comenzando a quedar atrás frente a las altas velocidades que registran los trenes actuales.