La idea de que una persona pueda transmitir corriente eléctrica a otra puede sonar a ciencia ficción o incluso a un fenómeno paranormal, pero tiene una base científica comprensible. Este hecho suele relacionarse con la capacidad del cuerpo humano de generar y transferir pequeñas cantidades de electricidad, lo cual ocurre debido a la conductividad de los tejidos corporales, provocando una reacción inmediata.

La electricidad interactúa con el sistema nervioso y muscular, permitiendo que señales eléctricas se transmitan por todo el cuerpo, desde el cerebro hasta los músculos. Aunque estas corrientes suelen ser mínimas, pueden ser percibidas de manera momentánea cuando se entra en contacto con otra persona, provocando una sensación de “corriente”.

El traspaso de energía entre una persona y otra, conocido comúnmente como “me diste corriente”, es un hecho natural que ocurre sin previo aviso. Este fenómeno, que se produce por la transferencia de electrones, tiene una explicación científica y es provocado por la interacción de partículas diminutas, como los átomos que componen los objetos.

Según el International Science Teaching Foundation de los Estados Unidos, este tipo de descarga eléctrica se denomina “corriente estática”, y su origen está vinculado a las pequeñas partículas que componen los objetos, llamadas átomos. Estos átomos están formados por electrones (de carga negativa), neutrones (sin carga) y protones (de carga positiva).

Este es el significado del fenómeno que genera esos pequeños “corrientazos” entre las personas. | Foto: Getty Images

Por ello, cuando hay una diferencia de cargas entre dos cuerpos, como al frotar una superficie contra otra, los electrones se transfieren, generando lo que se conoce como corriente estática. Este proceso es el que causa una descarga eléctrica al tocar a otro ser humano o un objeto metálico, provocando una reacción inmediata.

El cuerpo humano es, en términos sencillos, un excelente conductor de electricidad. Esto se debe a la presencia de agua y minerales en nuestros tejidos, los cuales permiten el paso de iones, las partículas cargadas que son esenciales para la transmisión de señales eléctricas. De hecho, el sistema nervioso humano funciona a través de impulsos eléctricos, donde las neuronas se comunican entre sí y con los músculos mediante estos impulsos eléctricos.

Descubra cómo la electricidad estática influye en diversos aspectos de la vida diaria, desde la ropa hasta el polvo en el aire. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La Enciclopedia Británica explicó que cuando dos objetos se frotan (especialmente si son aislantes y uno está seco), adquieren cargas opuestas, lo que genera una atracción entre ellos. Sin embargo, si se introduce un tercer objeto que no estuvo involucrado en este proceso, y existe una diferencia en la distribución de sus partículas atómicas, se producirá una transferencia de corriente.

¿Por qué se produce una acumulación de cargas en las personas?

Una revisión del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) de España, afirma que la acumulación de cargas en las personas depende de varios factores:

  • El movimiento en el entorno, ya que a mayor movimiento, mayor carga.
  • Algunas características físicas de la persona, por ejemplo, sudoración excesiva o hiperhidrosis.
  • El contacto con cuerpos o materiales susceptibles de cargarse eléctricamente.
  • Estar cerca de campos eléctricos generados por cuerpos ya cargados.
  • La humedad en el ambiente, por ejemplo, cuando el entorno es seco, es más factible la acumulación de cargas que cuando se está en sitios húmedos.
  • Las fibras sintéticas, como el poliéster, que hacen parte de la ropa que se usa diariamente, favorece la acumulación de cargas.
  • El piso es uno de los factores que más conduce electricidad, por lo que los suelos con alfombras y tapetes favorecen más la creación de cargas eléctricas.