Las viviendas son un espacio en el que se tienen todo tipo de objetos. En muchas ocasiones las personas acumulan muchos de ellos y es posible que ni siquiera recuerden que ahí están y menos se den cuenta si tienen una fecha de caducidad.
Si bien es posible que en muchos casos no la tengan, lo cierto es que hay elementos que no deberían usarse de manera indefinida, si bien normalmente no son dañinos, lo que sí puede ocurrir es que pierdan su efectividad. Por ello es importante prestar atención a cuáles son esos artículos para desecharlos en el momento indicado. Estos son algunos de ellos.
Almohadas: si bien no es algo que se evidencie, cada vez que se usan, las almohadas absorben piel muerta o grasa corporal. Así que aunque se sigan las recomendaciones, trucos o consejos para lavarlas, estos elementos acabarán afectando su calidad. Si la almohada ha perdido consistencia o empieza a oler “raro”, es momento de reemplazarla.
Cepillo de pelo: este es un objeto al que no es suficiente con quitarle el cabello, sino que también se debe lavar de manera frecuente. Siempre que sea de plástico, el lavavajillas será una buena opción para desinfectarlo. En este caso, lo recomendable es cambiarlo cada seis meses.
Perfumes: estos productos tienen una vida útil de uno a tres años. Esto es porque están compuestos por aceites esenciales. En el caso de que no estén abiertos, se pueden conservar hasta tres años; de lo contrario, duran máximo dos. El agua de colonia, puede perdurar hasta cuatro años cerrada y dos en el caso de que ya esté abierta.
Protectores solares: la mayoría de protectores solares pierden su efectividad después de tres años. Dado que es normal comprar una crema y no agotarla rápidamente, antes de reutilizarla años después, es importante validar su caducidad. Si no tiene fecha, lo recomendable es recordar el momento en el que se compró para determinar si debe usarse o no.
Toallas de baño: si las toallas llevan mucho tiempo de uso, es importante olerlas y saber su condición. Si huelen a moho, o si se lleva tiempo notando que le cuesta absorber el agua, tal vez sea el momento de cambiarlas. La fecha de caducidad de estas prendas suelen estar en los dos años, pero es importante estar atento a las señales mencionadas, según el portal Mejor con Salud.
Especias y harina: estos productos también tienen fecha de caducidad y, por ello, con el tiempo van perdiendo el sabor y el aroma. En el caso de las primeras, este lapso puede variar de uno a tres años. Y, en el de las molidas, seis meses. En la harina, la fecha de caducidad oscila entre seis y 12 meses.
Esponja de cocina: aunque se lave a diario, este es un elemento que acumula suciedad y puede generar bacterias. Para cerciorarse si la esponja debería cambiarse se debe oler y fijarse si se están cayendo trozos poco a poco. Incluso si aparentemente está perfecta, es un elemento que los expertos recomiendan cambiar cada semana.