Con el paso de los años, las personas pueden experimentar cambios en su cuerpo, tanto a nivel neuronal como físico. Uno de estos cambios está relacionado con los dolores en los huesos, articulaciones, tendones y vasos sanguíneos, los cuales pueden causar molestias e incluso afectar el desarrollo de actividades diarias.
Las articulaciones, que son fundamentales para el movimiento y la estabilidad del cuerpo, sufren un deterioro natural con el tiempo, aunque este proceso puede acelerarse debido a diversos factores. Estas articulaciones son puntos de unión entre dos o más huesos, y su principal función es permitir el movimiento. Están recubiertas por cartílago, un tejido suave y flexible que reduce la fricción y amortigua el impacto, pero su desgaste puede dar lugar a una serie de afectaciones.
Uno de los problemas más comunes es la osteoartritis, que ocurre cuando el cartílago se desgasta al punto de que los huesos pueden rozar entre sí, causando dolor, rigidez e inflamación. Además, algunas enfermedades autoinmunes o metabólicas, como la artritis reumatoide, también pueden contribuir al deterioro articular, ya que generan inflamación persistente que afecta tanto al cartílago como a los tejidos circundantes.
En este contexto, la presencia de colágeno juega un papel clave en la fortaleza de los huesos, ya que no están formados solo por calcio y fósforo, sino también por una matriz de colágeno que les proporciona estructura, flexibilidad y resistencia. El colágeno forma una red de fibras que ofrece soporte y mantiene la integridad de los huesos, permitiéndoles ser lo suficientemente fuertes como para evitar fracturas, pero flexibles al mismo tiempo.
Sin embargo, a medida que se envejece, la producción de esta proteína disminuye, lo que puede ocasionar problemas de salud. Para contrarrestar esta pérdida, es importante adoptar buenos hábitos, como una alimentación rica en vitamina C y aminoácidos.
¿Por qué el orégano ayuda a generar colágeno?
El orégano es un ingrediente común en la vida diaria de muchas personas, pero es mucho más beneficioso de lo que se cree, ya que posee propiedades medicinales que pueden beneficiar la salud de la piel, los huesos y las articulaciones. Aunque el orégano no contiene colágeno en sí mismo, favorece su producción y contribuye a la salud general de los tejidos conectivos gracias a su contenido de nutrientes y compuestos activos.
Según el portal Mejor con Salud, el orégano es ideal para aliviar el dolor articular debido a una sustancia llamada beta-cariofilina (E-BCP), que reduce la inflamación excesiva y ofrece un efecto analgésico, aliviando así el dolor en las articulaciones. Además, el orégano es rico en vitamina C, uno de los nutrientes más importantes para la síntesis de colágeno. Esta vitamina es necesaria para la hidroxilación de los aminoácidos, principalmente prolina y lisina, que forman el colágeno. Aunque no es la principal fuente de vitamina C en la dieta, el orégano contiene cantidades pequeñas pero significativas de este nutriente.
El orégano puede consumirse de diversas formas, pero según las recomendaciones de la fuente mencionada, se sugiere su consumo preferiblemente en su forma fresca o como aceite. Sin embargo, es importante consultar con un médico para determinar la dosis adecuada y seguir todas las recomendaciones correspondientes.