La mayoría de los habitantes de las principales ciudades del país se han encontrado con una incógnita cada vez que transitan por los andenes de las calles principales y algunas zonas: encontrarse en el piso con una serie de baldosas que en algún punto incomodan al caminar.
Este tipo de pisos han sido adaptados en las obras de infraestructura pública en varios territorios del país y lo cierto es que este tendrían un objetivo más allá del plano estético.
Se trata de las baldosas podotáctiles, que reciben su nombre debido a que cuentan con una estructura táctil que permite realizar una lectura del terreno a las personas invidentes.
Este tipo de suelos han sido adaptados en medio de una progresiva transformación de los espacios en las ciudades, como parte de un proceso de mayor inclusión con las personas en condición de discapacidad. Fueron diseñadas con el fin de facilitar la movilidad y la accesibilidad de las personas que padecen cualquier tipo de discapacidad visual.
Estas baldosas sirven además para facilitar la entrada o el acceso a lugares como centros comerciales, hospitales, escuelas, hoteles y empresas, entre otros. Sin embargo, no existe un solo tipo de baldosa podotáctil, ya que hay varias clasificaciones que sirven para advertir cosas distintas a los invidentes.
De acuerdo con el portal Megamoulds, existen dos tipos muy comunes. El primero es la baldosa podotáctil de prevención, que es la que cuenta con un relieve con círculos; estas tienen una altura máxima de cuatro milímetros.
Estas baldosas, explica el citado medio, sirven como advertencia en lugares que puedan significar un riesgo para una persona invidente, como lo es un cruce vial o un cambio en la dirección.
Otro tipo de baldosa es la que cuenta con cuatro líneas verticales o rectas y que tienen una altura máxima de cinco milímetros.
Una de las características de este tipo de baldosa es que tiene una banda de encaminamiento, para que el invidente pueda caminar en la dirección correcta y sin desviarse del camino.
Este tipo de baldosas pueden estar instaladas en sentido transversal o en el sentido de la marcha. Por un lado, cuando están alineadas con el sentido de la marcha, estas les ayudan a evidenciar algunos cambios en el recorrido, como un cambio de nivel o una escalera.
Por otro lado, cuando la baldosa está en un sentido transversal, estas sirven para hacer una advertencia sobre la presencia de un elemento relevante en el recorrido.