Cuando se trata de cocinar, hay quienes demuestran sus dotes, otros descubren una pasión tras fogones y algunos más lo hacen simplemente por la necesidad de comer. Sin embargo, en la cocina existe todo un mundo de sabores, preparaciones y técnicas.
Ahora, hay ciertos elementos que no deben faltar en la cocina y uno de estos son los sartenes. En estos se pueden hacer un sin fin de preparaciones. Por ejemplo, se puede freír, saltear, asar, mezclar todo tipo de alimentos.
Debido a sus múltiples usos, puede ser que en una misma receta se deba usar varias veces y es en ese momento cuando se puede cometer el error de echarle agua, aun estando caliente, para hace una nueva preparación.
¿Por qué no se debe echar agua a un sartén caliente?
Ese momento en el que se le echa agua y suena como si se estuviese hirviendo algo cuando entra en contacto con las gotas y sale humo, significa que hubo un choque térmico y esto puede causar un daño irreparable en las superficies antiadherentes de los sartenes.
El choque término se entiende como ese momento en el que dos temperaturas se juntan al mismo tiempo. Esto puede causar diferentes situaciones en el sartén cómo:
- Que el sartén deje de cocinar los alimentos de forma efectiva
- Que el sartén de deforme
- Que el sartén se agriete
- Que el sartén se abombe
- Que el sartén pierda sus propiedades antiadherentes
La mejor forma para evitar esta situación es que una vez se termine de cocinar lo que se tenga en el sartén, este se deje a un lado, mientras se pueden adelantar otros pendientes de la receta, y así esperar a que esté vaya bajando la temperatura y ya pueda recibir el agua sin sufrir ningún choque térmico que pueda afectar su funcionamiento, su forma o su aspecto adecuado en la cocina.
El tiempo que el mismo se demore enfriándose dependerá del material, por ejemplo de acero inoxidable o gres, por lo que es de vital importancia estar pendiente antes de echarlo a lavaplatos para quitarle los restos de comida que tiene después de ser utilizado.