Las ranas y los sapos con frecuencia aparecen en los jardines y normalmente son animales que generan repudio en algunas personas, pero lo cierto es que más que hacer mal, estos lo que hacen es bien. Cumplen con funciones importantes como acabar con babosas y caracoles, así como con insectos que sí suelen afectar las plantas.
Dado que para muchos no son agradables y prefieren mantenerlos alejados, el portal Experto Animal sugiere realizar modificaciones en el hábitat como primera estrategia para ahuyentarlos.
Estos animales tienen una fuerte afinidad por el agua, especialmente en épocas de reproducción, por lo que eliminar charcos estancados y recipientes que acumulan agua reducirá significativamente su atractivo para estos anfibios. Además, es importante asegurarse de que los sistemas de drenaje estén en buen estado para prevenir la formación de áreas húmedas propicias para su presencia.
De otro lado, al reducir la iluminación exterior durante la noche, se disminuye la concentración de insectos, uno de los principales atractivos para los sapos. Esto no solo contribuye a ahuyentarlos, sino que también favorece un ambiente más natural y equilibrado.
Los sapos encuentran refugio en lugares con vegetación densa. Podar y mantener la vegetación alrededor de la propiedad puede limitar los lugares donde los sapos se esconden. Sin embargo, es crucial equilibrar la limpieza con la conservación de hábitats naturales.
Plantas antisapos
También es viable tener en el jardín algunas plantas que permitan mantenerlos a raya y evitar malestar entre los dueños del hogar.
Una de las más eficaces para espantar a los sapos es la menta. Además de su fragancia agradable y usos culinarios por los que es muy apetecida en los hogares, esta hierba tiene la propiedad de emitir un aroma desagradable para estos anfibios.
Así, su olor actúa como un repelente natural para ellos, haciendo que eviten acercarse a las áreas donde se cultiva esta planta. Por esta razón, tener menta alrededor de jardines o zonas donde se haya visto una alta presencia de sapos, puede reducirla significativamente.
Se dice que otra planta válida es el ajenjo. Es otra hierba con aroma desagradable para los sapos. Sus hojas tienen un sabor amargo que resulta repelente para estos animales. Esta es una planta de crecimiento rápido y fácil de cuidar, por lo que resulta ideal para aquellos que buscan una solución natural y sencilla.
Por último, el eucalipto, también podría resultar útil debido a su fuerte olor, el cual si bien brinda beneficios y no molesta a los humanos, sí resulta molesto para las ranas y sapos, por lo que su presencia en jardines y áreas donde se desee espantar a estos anfibios resulta de gran ayuda.