Consumir alimentos en una buena condición es determinante para evitar inconvenientes de salud, pues algunos de ellos pueden dañarse con facilidad y producir bacterias que afectan el organismo. Uno de los aspectos clave que deben tenerse en cuenta es que los alimentos deben mantenerse a la temperatura adecuada, es decir, de refrigeración, pues esto retarda el crecimiento de microorganismos sin que se vean alteradas sus cualidades nutricionales.

El portal Consumer indica que no todos los alimentos son iguales, ni se deterioran igual. Hay productos frescos como la carne y el pescado son muy perecederos, lo que significa que se estropean más rápido que otros. En épocas de calor esto es especialmente delicado, porque el riesgo de toxiinfección alimentaria aumenta de manera significativa, debido a que el ambiente caluroso provoca el crecimiento bacteriano.

Estas son razones de peso para extremarse las medidas de higiene y conservación de los alimentos. Estos son cuatro de ellos que se descomponen muy rápido.

Los mariscos es ideal mantenerlos congelados. | Foto: Lauri Patterson

Mariscos

Alimentos como las ostras, almejas y mejillones son muy sensibles a caducar rápidamente. Se descomponen en poco tiempo y puede no ser seguro consumirlos, incluso después de un corto periodo de tiempo. El marisco crudo o poco cocido puede contener virus y bacterias dañinas.

Para evitar riesgos, es importante durante la compra fijarse en el color, que la cáscara sea lisa y brillante y que las conchas estén cerradas. La mencionada fuente indica que el marisco debe consumirse lo más fresco posible, mejor el mismo día de la compra. Si no se cocina, debe conservarse en la nevera y preferiblemente, en el congelador.

Carne

Por su contenido en proteínas y en agua, la carne es un alimento susceptible a la contaminación bacteriana por Salmonella, Listeria y E. coli. Con el fin de evitar posibles riesgos, es importante tomar medidas de prevención en el momento de la compra.

La carne tiende a dañarse rápidamente. | Foto: Getty Images

Durante el proceso de cocción se debe prestar atención a que se cocine bien toda la pieza. Cuanto más cruda quede la carne, más riesgo de intoxicación alimentaria hay. Además, no debe ponerse la carne que ya esté cocinada en el mismo lugar donde ha estado la cruda con el fin de evitar contaminaciones cruzadas.

Pescado

El crecimiento microbiano es una de las principales amenazas de este alimento. Los patógenos más frecuentes son Vibrio, Campylobacter y Staphylococcus aureus. También son comunes bacterias como Salmonella, Listeria monocytogenes y Shigella, que tienen un medio favorable en el pescado si se alcanzan temperaturas superiores a los 10 º C.

Es clave implementar normas de sanidad para mantener este producto en buen estado. Es recomendable limpiar cada pieza, eliminar las vísceras lo más pronto posible, congelar el pescado que se quiera consumir crudo y cocinar la cantidad necesaria. Un pescado alterado tiene un aspecto seco, sin brillo, con los ojos y la pupila hundidos y sucios y la carne blanda.

La leche después de abierta puede dañarse rápidamente. | Foto: SEMANA

Leche

La leche es otro de los alimentos que se suelen dañar muy rápido. Se dice que una vez abierta, solo dura unos días en la nevera en buen estado y, si se deja sin refrigerar, se estropeará aún más pronto. Sin abrir la caja no hay problema porque puede durar meses en una buena condición.