La limpieza de las almohadas es esencial para mantenerlas libres de ácaros, bacterias, y manchas que se acumulan con el tiempo debido al sudor y la grasa corporal.

Existen dos ingredientes caseros más eficaces para quitar las manchas que este acumulan en ellas. Estos son el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco.

Un truco para usarlos es el siguiente:

Ingredientes:

  • Bicarbonato de sodio
  • Vinagre blanco
  • Agua caliente
  • Detergente para ropa (opcional)

Pasos:

Remojo en vinagre y agua caliente: Llene un recipiente grande o una bañera con agua caliente y agrega 1 taza de vinagre blanco. Sumerja las almohadas manchadas y déjalas en remojo durante al menos 1 hora. Esto ayuda a aflojar las manchas y a desinfectar.

Aplicación de bicarbonato de sodio: Saque las almohadas del agua con vinagre y escúrralas ligeramente. Espolvoree una cantidad generosa de bicarbonato de sodio sobre las manchas. Frote suavemente para que el bicarbonato penetre en la tela.

Lavar: Lave las almohadas en la lavadora con agua caliente y un ciclo suave. Si lo deseas, agrega un poco de detergente para potenciar la limpieza.

Secado: Seque las almohadas en la secadora a baja temperatura o déjalas al sol.

El bicarbonato de sodio ayuda a eliminar olores y neutralizar manchas, mientras que el vinagre blanco actúa como desinfectante y suavizante natural.

Lo que pasa al no lavar las fundas de las almohadas durante seis meses. | Foto: 2024 Getty Images
Así se deben lavar las almohadas. | Foto: Getty Images

Limpieza de las fundas

La limpieza de las fundas de las almohadas es clave. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), uno de los efectos que pueden ser causados por no cambiarlas es la conjuntivitis.

“Las conjuntivitis virales y bacterianas son muy contagiosas y pueden transmitirse fácilmente de una persona a otra”, precisan los CDC. Esta condición se caracteriza por la sensación de picazón e irritación en la zona ocular.

Cada cuánto se deben cambiar las almohadas

De acuerdo con Mejor con salud, las almohadas pierden su comodidad con el paso del tiempo, lo que a su vez va reduciendo su vida útil.

“Descansamos bien solo si hay alineación entre la cabeza, el cuello y la columna vertebral. La almohada tiene mucho valor en este propósito”, señala el medio.

Aunque los tiempos pueden variar de acuerdo al uso y el tipo de almohada, la Fundación del Sueño afirma que deberían cambiarse cada uno o dos años. La importancia radica en siempre velar por la comodidad, garantizando un soporte adecuado para la cabeza durante el sueño.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.