Si bien la mayoría de las personas guarda los huevos sin prestar atención a su posición, un simple cambio puede hacer una gran diferencia en su frescura y duración: colocarlos con la punta más fina hacia abajo.
¿Cuál es la razón?
La cáscara del huevo, a pesar de ser dura, es porosa y posee una membrana interna que protege al huevo de bacterias y otros contaminantes. En la parte más ancha del huevo, hay una cámara de aire que ayuda a mantener la yema centrada, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Al colocar el huevo con la punta hacia abajo, se logra que la yema se mantenga alejada de la cámara de aire, donde hay mayor concentración de bacterias. Esto evita que la yema se adhiera a la cáscara y se deteriore con mayor rapidez.
De hecho, la cuenta en Instagram conocida como ‘Bodega Agropecuaria Don Jaime’, donde expertos agrónomos comparten recomendaciones útiles y prácticas, respaldan esta práctica.
“Les voy a enseñar la forma correcta de almacenar sus huevos para que permanezcan frescos por más tiempo. En esta imagen pueden ver que la forma correcta de almacenar los huevos es con la punta fina hacia abajo. Esto es porque el huevo tiene una cámara de aire en la parte más redonda y si la cámara de aire queda arriba, el huevo permanece fresco por más tiempo”, explicaron junto al video que publicaron.
Beneficios de guardar los huevos con la punta hacia abajo
De acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), entre los beneficios de guardar los huevos con la punta hacia abajo se encuentra:
- Mayor frescura: Los huevos duran frescos más tiempo, hasta dos semanas más que si se guardan con la punta hacia arriba.
- Mejor textura: La clara del huevo se mantiene más densa y la yema se conserva más firme.
- Menor riesgo de contaminación: Se reduce la posibilidad de que las bacterias penetren en el huevo y lo contaminen.
Consejos adicionales para conservar los huevos frescos:
- No lavar al llegar a casa: El huevo solamente se debe lavar cuando se esté a punto de cocinar, ya que hacerlo antes genera que pierda la cutícula, una capa exterior que protege la cáscara.
- Los huevos deben guardarse en la nevera: Para mantener este alimento fresco es crucial mantenerlo en la nevera y preferiblemente en el estante central, puesto que si se ubica en la puerta, como se hace comúnmente, se pueden presentar cambios de temperatura y como consecuencia se podría deteriorar la calidad del huevo.
- Evitar el contacto con otros alimentos: Lo más aconsejable es evitar que entre en contacto por un tiempo prolongado con otros alimentos que tengan olores fuertes, tal es el caso de la cebolla o el ajo. Por lo general, el huevo es propenso a absorber olores fuertes, lo que finalmente podría afectar su sabor.