El sueño en el trabajo es un problema común que afecta la productividad y el bienestar de muchos empleados. Las razones detrás de este fenómeno son diversas y van desde hábitos de sueño deficientes hasta condiciones laborales poco estimulantes.

Causas del sueño en el trabajo

Una de las principales causas es la falta de sueño adecuado durante la noche. Cuando una persona no duerme lo suficiente, su cuerpo busca recuperar el déficit de sueño durante el día, lo que resulta en somnolencia y falta de concentración en el trabajo.

Además, la monotonía y la falta de desafíos en el trabajo pueden provocar aburrimiento, lo que lleva a una disminución en los niveles de energía y alerta. Otros factores como la ubicación del puesto de trabajo, la mala iluminación, la temperatura inadecuada y el aire acondicionado también pueden contribuir al cansancio y la somnolencia en el lugar de trabajo.

El sueño y pereza en el trabajo es un problema común que afecta la productividad de muchos empleados. | Foto: Getty Images

Trucos para vencer el sueño en el trabajo

Dormir lo suficiente

La solución más obvia para combatir el sueño en el trabajo es asegurarse de dormir lo suficiente por la noche. Expertos en descanso recomiendan dormir entre 7 y 9 horas.

Tomar breves descansos

Realizar breves descansos durante la jornada laboral puede ayudar a recargar la energía y mantener la concentración. Estirarse o simplemente apartar la vista de la pantalla, cada 30 o 60 minutos puede marcar la diferencia.

Hacer ejercicio regularmente

El ejercicio regular no solo mejora la calidad del sueño, sino que también aumenta los niveles de energía y reduce la somnolencia diurna. Realizarlo antes de la jornada laboral puede generar energía para algunos o, por el contrario, producir más sueño para otros. En este caso, es ideal buscar el momento correcto entre la mañana o la noche.

El ejercicio regular mejora la calidad del sueño y aumenta los niveles de energía. | Foto: ©Jordan Siemens

Consumir alimentos energéticos

Optar por alimentos ricos en proteínas, fibra y grasas saludables puede proporcionar un impulso de energía sin provocar picos de azúcar en la sangre que luego conducen a una mayor somnolencia. Pueden ser alimentos como almendras, nueces, semillas de chía, avena, huevos o frutas como manzanas, plátanos y naranjas.

Mantenerse hidratado

La deshidratación puede causar fatiga y somnolencia, por lo que es importante mantenerse bien hidratado durante todo el día.

La ingesta regular de agua es clave para cuidar la salud del organismo, en general. | Foto: Getty Images

Mejorar el lugar de trabajo

Asegurarse de que el ambiente de trabajo sea cómodo y estimulante puede ayudar a mantener la alerta. Esto incluye mejorar el sitio de trabajo.