Aprender a seleccionar un buen licor es clave para garantizar experiencias de alto nivel a la hora de disfrutarlo, ya sea en solitario, con amigos y en familia. Para el caso del tequila, insignia de México, existen ciertos elementos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de elegir la botella.

El tequila se ha posicionado como un producto con reconocimiento a nivel nacional e internacional. Siendo un símbolo de la cultura mexicana, en 1974 de realizó la declaratoria de protección: “Denominación de Origen Tequila”.

Esta denominación configura una protección especial para el tequila, de manera que solo puede recibir este nombre si cumple con los requisitos. En primer lugar, la elaboración del tequila es un proceso artesanal que se ha transmitido de generación en generación, desde la selección y el jimado del agave hasta el proceso de destilado.

El agave es la planta donde esta bebida autóctona mexicana encuentra su origen, más específicamente en el Agave Azul Tequilana Weber. Esta materia prima es cultivada y cosechada en los altos de Jalisco, en México, y tiene un tiempo de maduración estimado de entre cinco y ocho años.

Según detalla el gobierno mexicano, la Denominación de Origen Tequila (DOT) protege la producción tequilera de 181 municipios, dentro de cinco estados:

  • Jalisco: 125 municipios.
  • Michoacán: 30 municipios.
  • Tamaulipas: once municipios.
  • Nayarit: ocho municipios.
  • Guanajuato: siete municipios municipios.
Campos de agave, materia prima para elaborar el tequila. | Foto: Getty Images/Danny Lehman

Solo en estos municipios se tiene permitido plantar agave weber variedad azul, además de instalar plantas productoras de tequila.

Vale destacar que, según datos del Consejo Regulador del Tequila (CRT), Colombia es el segundo país de América Latina que más consume esta bebida, solo detrás de México.

¿Cómo elegir un buen tequila?

De acuerdo con Tequila Don Ramón, las diferencias comienzan desde el primer momento, por ejemplo, la zona donde se cultiva el agave. Aquellos que provienen de los altos de Jalisco se nutren de minerales propios de la región, de manera que destacan en comparación a otras variedades. La maduración del agave es otro punto a valorar, pues cuando completan ocho años, alcanzan su nivel óptimo de azúcar.

Otra diferencia que vale la pena tener clara es entre el tequila reposado y el añejo. Pues bien, estos términos se refieren a su maduración en barricas. El tequila reposado es almacenado de dos a doce meses, mientras que el añejo madura de uno a tres años en barricas de roble.

Para reconocer un tequila de calidad, es crucial verificar que sea 100 % de agave y que cumpla con los estándares del CRT. Además, observar el color y degustar el sabor permite apreciar sus características desde el primer sorbo.

El tequila cuenta con denominación de origen desde 1974. | Foto: Gettyimages

También es importante asegurarse de que no figuren azúcares añadidos de terceras fuentes, pues podrían comprometer el sabor final del tequila.

Otra recomendación hecha por Tequila Don Ramón para disfrutar mejor de esta bebida es servirla en copas tipo flauta “para apreciar los aromas complejos, acompañados de agua y frutas de temporada”. Adicionalmente, cada tipo de tequila puede maridarse con distintos alimentos para realzar su sabor.

En conclusión, a la hora de elegir un buen tequila, se recomienda revisar inicialmente que sea un producto 100 % de agave. En segundo lugar, identificar si es reposado o añejo, elegir los sabores más frutales para poder maridarlo y, finalmente, curiosear sobre los reconocimientos que ha recibido alrededor del mundo.