La limpieza del hogar configura un tema de vital importancia para las familias. Además de mantener la casa con un buen aspecto físico, es importante eliminar cualquier tipo de suciedad que pueda derivar en la proliferación de bacterias.
Cada rincón del hogar amerita un cuidado especial. En el baño, por ejemplo, se da una tendencia mayor a que se extienda la suciedad, de manera que vale la pena estudiar las opciones de limpieza existentes.
Si los vidrios en general son complejos a la hora de la limpieza, aquellos que están en el baño requieren de una rutina de aseo minuciosa y frecuente. Este cuidado extra también se aplica a los espejos.
Algunos ejemplos de la forma en que estas estructuras pueden ensuciarse dentro del baño incluyen:
- Salpicaduras de jabón.
- Salpicaduras de crema dental.
- Marcas dejadas por las huellas dactilares.
- Acumulación de suciedad.
- Residuos de shampoo.
Y aunque la limpieza resulte sencilla en un primer momento, el reto mayor es mantener tanto vidrios como espejos perfectamente limpios. Para conseguirlo, existen algunos trucos que podrían ser de gran ayuda en el hogar.
¿Cómo limpiar los vidrios con bicarbonato?
El bicarbonato de sodio es un compuesto popular en varios campos y, en efecto, el aseo es uno de ellos. Tanto así que se le ha asignado un uso especial en la limpieza de vidrios.
Ingredientes:
- Un litro de agua.
- Media taza de vinagre blanco.
- Dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
- Dos cucharadas de líquido multiusos.
- Un recipiente plástico.
- Un recipiente con agua.
- Una esponja y una franela que no deje pelusa al frotarse.
Preparación:
- Vaciar el litro de agua en el recipiente plástico. Incorporar el vinagre y revolver muy bien.
- Agregar el bicarbonato de sodio y esperar a que baje la espuma.
- Posteriormente, sumar el líquido multiusos y mezclar.
Método de uso
Para proceder con la limpieza de los vidrios, se debe humedecer la esponja y frotarla cuidadosamente sobre la superficie deseada. Es importante hacerlo de manera uniforme. En caso de que la suciedad no se elimine con facilidad, se debe humedecer nuevamente la esponja y aplicar un poco de presión.
Al finalizar la limpieza, se debe esperar a que el agua escurra completamente del vidrio. Con la franela se pueden quitar todos los residuos de humedad para que el vidrio quede perfectamente seco.
Gracias a la mezcla de bicarbonato y los demás ingredientes, el agente limpiador resultante facilita la eliminación de suciedad, al mismo tiempo que propicia una apariencia brillante para los vidrios y espejos en que se aplique.