Las personas que se consideran cristianas encuentran en la oración la mejor forma de mantener comunicación con Dios. Se dice que cuando un individuo ora habla con ese ser todopoderoso sobre lo que sucede en su vida, sus anhelos, sus luchas y también sus temores.
Orar es una forma de acercarse a Dios. Según el portal Biblia On, la oración abre la puerta para que recibir sus palabras, su consuelo y las bendiciones que él desea darle a cada quien. La oración también es la herramienta clave para fortalecer la fe.
Sin embargo, hay ocasiones en las que los creyentes se preguntan si es mejor orar en voz alta o en silencio o de qué manera ese ser superior escucha más los pedidos y agradecimientos que se plantean en cada una de esas comunicaciones.
En torno es estas inquietudes, el portal La Iglesia de Jesucristo indica que orar en voz alta o en voz baja es efectivo, ya que no interesa la manera, sino que en realidad lo importante es mantener ese contacto con Dios. Así las cosas, realmente lo que importa es que esos momentos que se dedican a conversar con él se hagan con fe y convicción.
Para los expertos en temas religiosos, lo clave de la oración es que quien ora se entregue por completo, se desconecte del mundo y evite las distracciones para que la relación con Dios sea directa y eficaz.
Se dice que no existe ninguna razón para creer que orar en voz alta sea más o menos eficaz que orar en silencio, pues sea cual sea la manera en la que los creyentes realizan este proceso, lo importante es saber que Dios siempre está ahí y escucha las oraciones de su pueblo.
Sin embargo, en Mateo 6: 5-8, Jesús habla sobre la oración y dice lo siguiente:
“Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan”.
Así las cosas, lo más importante es entender que la oración es entre la persona y Dios, no para impresionar a los demás. El corazón no tiene la actitud correcta si lo que se busca es que los demás lo vean y admiren las palabras. Al orar, el deseo más grande debe ser pasar tiempo con Dios y hablarle desde lo más profundo del corazón.