En ocasiones, los dueños de gatos se sorprenden al encontrar a sus felinos durmiendo dentro de su caja de arena. Este comportamiento, aunque poco común, puede tener varias explicaciones, algunas de las cuales podrían estar relacionadas con problemas de salud.
Sin embargo, en algunas ocasiones, el arenero puede representar un lugar seguro y familiar en el que buscar refugio cuando se sienten estresados o ansiosos, por lo general, por cambios bruscos en el hogar.
Enfermedades que hacen que duerma en el arenero
En algunos casos, el gato puede asociar el arenero con el alivio que siente al eliminar, ya que lo percibe como un lugar donde puede hacerlo de manera segura y controlada. Esto puede llevarlo a buscar descanso en el arenero como una forma de encontrar alivio a su malestar.
Infecciones del tracto urinario
Si el gato siente dolor o molestias al orinar, puede buscar la comodidad de la arena para aliviar el malestar. Es posible que se observe que orina con frecuencia, en pequeñas cantidades o con dificultad.
Problemas articulares
La arena puede ser más blanda y fácil de acceder para un gato con dolor en las articulaciones. Si el gato tiene dificultades para moverse o saltar, o si se observa que cojea, podría estar padeciendo de artritis u otra enfermedad articular.
Ansiedad o estrés
Los gatos pueden refugiarse en la caja de arena como un escape del estrés o la ansiedad. Si el gato ha experimentado cambios en su entorno o rutina, o si ha sido víctima de maltrato, puede mostrar este comportamiento como una forma de sentirse seguro.
Problemas de comportamiento
Si el gato no tiene acceso a un lugar adecuado para dormir, o si no ha sido socializado correctamente, puede refugiarse en la caja de arena como una alternativa. Es importante proporcionarle un espacio cómodo y seguro para descansar.
¿Qué hacer si el gato duerme en el arenero?
Si el gato duerme en el arenero con frecuencia, lo primero que se debe hacer es observar su comportamiento y buscar otros signos de enfermedad. Algunos de estos pueden ser:
- Dificultad para orinar o defecar
- Pérdida de apetito o de peso
- Vómitos o diarrea
- Letargo (sueño profundo y prolongado) o apatía
- Esconderse o mostrarse irritable.
Si se observa alguno de estos signos, es importante llevar al gato al veterinario para que le haga un examen completo y determine la causa del problema y, posteriormente, un tratamiento médico.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.