El pesebre navideño, también conocido como belén, portal o escena representativa del nacimiento de Jesucristo, es uno de los símbolos más importantes de la Navidad.
Por esta razón, se usan diferentes figuras -cada una con un significado distinto-, para que concuerde con ese acontecimiento que para la Iglesia católica es uno de los más importantes en la historia de la humanidad.
Generalmente, este elemento infaltable en la época de Navidad se arma junto al emblemático árbol que también representa esta temporada del año, lleno de luces, guirnaldas, entre otros adornos que le dan este toque de magia y alegría que muchos esperan en estas festividades.
Debido a esto, el pesebre no se ve solo como un adorno para las personas que profesan la fe católica, ya que tiene un trasfondo muy importante por el que, incluso, es indispensable saber qué debe llevar y cómo se arma.
Según la tradición, el pesebre se debería armar el 8 de diciembre, es decir, un día después de la celebración del Día de las velitas, porque es el Día de la Inmaculada Concepción, junto al árbol de Navidad. Del mismo modo, se dice que la fecha adecuada para desarmarlo es luego del 6 de enero, que es el Día de los Reyes Magos.
Consejos a la hora de armar el pesebre
Lo primero que se debe tener en cuenta es que entre los elementos que lo integran no pueden faltar las figuras de:
- El Niño Jesús: en representación al hijo de Dios y redentor de la humanidad, encargado de traer la luz al mundo como personaje principal.
- La Virgen María: madre de Jesús que representa fidelidad, pureza y amor.
- José: padre de Jesús que simboliza la fortaleza y la obediencia.
- Los tres reyes magos: ellos son Gaspar, Melchor y Baltasar que representan la sabiduría. Encargados de recibir al niño Jesús con algunos obsequios especiales y revelar su naturaleza divina.
- La estrella de Belén: es el elemento del pesebre que ilumina la fe y la esperanza de los fieles creyentes.
- Los animales: en este punto no pueden faltar una mula, un buey, gallinas, patos, ovejas, camellos, palomas, vacas, caballos y cabras. Además, son propios de un pesebre porque es el lugar donde se alimentan.
¿En dónde se debe poner el pesebre de Navidad?
Como se mencionó, lo ideal es que se encuentre cerca del árbol de Navidad, pero otro detalle importante es que debe ocupar un espacio visible en el mismo y, por lo tanto, también de un tamaño adecuado para que, al igual que el árbol, logren resaltar cada una de sus figuras.
Estas también tienen un orden específico.
De acuerdo con lo que indica la religión católica, a la hora de organizar los personajes principales en el pesebre se debe respetar su jerarquía, es decir, la escena correcta es con el Niño Jesús en el centro y sus padres, María y José, a los costados. Los tres reyes magos van un poco más lejos, pero todos mirando hacia donde se encuentra el recién nacido.
En cuanto a los animales, estos deben estar en una tercera línea, dispersos en el pesebre, sin dejar pasar por alto que tanto el buey como la mula deberían ir cerca del bebé porque cumplen un papel indispensable debido a que su función es calentar con su aliento la cuna de Jesús; además, la mula representa al animal más humilde de la creación.