Los utensilios de cocina son una parte clave para el hogar del ser humano, estos no solo aportan estéticamente, sino que también ofrecen distintas facilidades al realizar la preparación de distintas recetas culinarias.
Esto depende claramente de la calidad de los utensilios comprados o utilizados, por lo que es común que el ser humano busque una buena relación entre el precio y el buen funcionamiento de estos elementos al realizar la compra de dichos elementos para su hogar.
Un factor que es clave al realizar ciertas preparaciones culinarias, son las sartenes, estas permiten diferentes usos dentro de una cocina, sin embargo, en caso de que estas sean de mala calidad, se pueden presentar dificultades a la hora de cocinar, como por ejemplo, alimentos que se adhieren a la superficie de la sartén, produciendo que se quemen, o se dañen durante su preparación.
A partir de esto, es necesario tener en cuenta la calidad de estos alimentos no solo a la hora de hablar del costo, sino también de los materiales que están construidos, ya que algunos de estos permiten una mejor cocción, sin embargo, algo que no es conocido por muchos, es que ciertos elementos de los cuales están producidos estas herramientas, pueden causar graves daños para la salud.
Algunos de estos elementos de los cuales están compuestos los sartenes, generan graves daños para la salud, pues a medida que se cocina en estos utensilios, es probable que dichos elementos se vayan soltando de la sartén y agregando a la comida, produciendo que el ser humano ingiera minerales u otras propiedades que no solo pueden afectar el sabor de la comida, sino también la salud del ser humano con el paso de los años.
¿Qué se debe hacer al comprar un sartén?
En primer lugar, al realizar la compra de un sartén, se recomienda poder analizar el material del cual está hecho este, teniendo en cuenta los efectos a la salud, pero también el tiempo de vida útil. Para ello se recomienda en mayor medida el acero inoxidable, en especial si posee capacidades antiadherentes.
Una vez considerado esto, y comprada la sartén, se debe lavar ligeramente, para así eliminar la acumulación de polvo que pueda haber en el mismo. Para esto se recomienda utilizar agua tibia, así como también esponjas que no rayen o dañen la superficie del utensilio.
Después de esto, se debe realizar el proceso de curado de la sartén, lo que permitirá que esta se mantenga en buen estado durante una mayor cantidad de tiempo, y que a su vez no se peguen los alimentos cocinados en este elemento.
Para ello, se debe poner la sartén al fuego durante unos pocos minutos, a un fuego bajo, colocando una pequeña cantidad de aceite en la superficie interior de la misma. Luego de esto, se debe apagar la sartén, y esperar a que se enfríe, para tirar el aceite, y lavarlo en agua tibia nuevamente.
Después de esto se recomienda secar y guardar la sartén, sin ponerle nada encima, con el fin de que la capa antiadherente de este elemento no presente daños que afecten su uso, y sus capacidades culinarias.