Las frutas y verduras son alimentos que, de acuerdo con los expertos, no deberían faltar en la dieta debido a que le hacen un gran aporte nutricional al organismo. Todas las personas, incluidos los niños, deberían consumirlas, pues su ingesta regular ayuda a prevenir diversas enfermedades como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la obesidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que su ingesta sea de por lo menos 400 gramos diarios para obtener los beneficios de salud, así como los nutricionales. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), asegura que ponerle a los platos color verde, amarillo, naranja, rojo o púrpura ayuda a mantener a las personas sanas, además de que añade sabor y textura a las comidas.

Sin embargo, la forma en que se almacenen es clave para su conservación. Se dice que no es buena idea juntar, por ejemplo, papas con cebollas, ni plátanos con aguacates, porque es posible que algunas de ellas se dañen más rápido de lo que deberían.

No todas las frutas y verduras se pueden guardar en la misma canasta. | Foto: Peter Dazeley

Esto se debe al etileno, un gas que desprenden todas las frutas y verduras de forma natural al madurar, aunque algunas de ellas expiden mayores cantidades, afectando a las otras. Tampoco se deben mantener las frutas y verduras productoras dentro de bolsas o recipientes herméticos, porque el gas queda encerrado y el efecto es mayor.

Así las cosas, dentro de las frutas y verduras que más producen este gas y las más sensibles, se encuentran, entre otras, las siguientes.

Manzanas y aguacates

Las manzanas son una de las frutas que más etileno producen, por lo que deben almacenarse separadas del resto de alimentos, a no ser que se quiera madurar alguna otra fruta. Así las cosas, se trata de un producto, que ya sea en la alacena o en la nevera, siempre se debe conservar separado.

Las manzanas son de las frutas que más producen etileno, por lo que deben guardarse solas. | Foto: Christopher T Stein

Los aguacates, por su parte, son frutos que no maduran en el árbol, por lo que es más difícil recogerlos en el momento adecuado. Una vez que se recoge, empieza a producir etileno y aumenta a medida que el aguacate empieza a madurar, por ello debe mantenerse alejado de aquellos productos que son sensibles al mencionado gas.

Los plátanos también generan mucho etileno y esa es la explicación por la que maduran rápido. Un día están verdes y a los dos días ya han madurado. Otros grandes productores de este gas son los mangos, las peras, los melocotones y ciruelas.

Sensibles al etileno

Por su parte, otros productos como las coles de Bruselas producen una pequeña cantidad de etileno en comparación con otras verduras. Si se almacenan con un alto productor de este gas, empiezan a ponerse amarillas más rápidamente y las hojas pueden desprenderse.

Las zanahorias son sensibles al etileno. | Foto: HandmadePictures/Getty Images

Las zanahorias tampoco deben almacenarse con productores de etileno porque son sensibles. Cuando se exponen a niveles altos de este gas, las zanahorias desarrollan un sabor amargo. Si se ponen en el refrigerador se conservan hasta tres semanas, pero la exposición al etileno disminuye su vida útil.

Los pepinos también son sensibles y si se exponen a esta sustancia se vuelven amarillos a un ritmo más rápido y se dañan en menor tiempo. Esto pasa, por ejemplo, si se almacenan con plátanos y tomates.

Así las cosas, es importante saber qué alimentos producen etileno y cuáles son sensibles al mismo. Así se sabrá qué frutas y verduras no se deben almacenar juntas. Hacer esto ayuda a que los alimentos duren más tiempo en una buena condición.