La lavanda es una planta aromática y ornamental perteneciente al género Lavandula. Es nativa de la región mediterránea, pero se cultiva ampliamente en diversas partes del mundo por sus características únicas y beneficios.
Para ayudar a la lavanda a crecer y florecer de manera saludable, es importante proporcionarle las condiciones adecuadas:
Suelo bien drenado: La lavanda prefiere suelos arenosos o pedregosos que drenen bien. Puede mejorar el drenaje añadiendo arena gruesa o grava al suelo si es demasiado pesado.
Exposición solar: Se necesita al menos 6-8 horas de sol directo diariamente para un crecimiento óptimo y una buena floración.
Riego moderado: La lavanda es resistente a la sequía una vez establecida. Debe regarla profundamente pero de manera menos frecuente para evitar encharcamientos, especialmente durante el invierno.
Podar regularmente: Después de la floración, debe recortar las flores gastadas para promover una segunda floración y mantener su crecimiento.
Fertilización ligera: La lavanda no requiere mucha fertilización. Puede añadir un poco de compost orgánico al plantarla, pero evite el exceso de fertilización nitrogenada, ya que puede promover el crecimiento excesivo de follaje en lugar de flores.
Protección contra el exceso de humedad: Se debe asegurar de que el suelo no esté constantemente húmedo, especialmente en invierno, ya que la lavanda es susceptible a pudrirse en suelos demasiado mojados.
Espacio adecuado: Plantar la lavanda con suficiente espacio entre cada planta para permitir una buena circulación de aire, lo que ayuda a prevenir enfermedades fúngicas.
Lavanda para eliminar el insomnio naturalmente
Por fortuna, existe un tratamiento natural a base de un aceite esencial que permitirá a la persona conciliar el sueño por su capacidad para inducir la relajación y mejorar la calidad del mismo. Según expertos de la marca de cosmética natural Oleotherapy, citado por El Mundo, “se produce a través de la destilación por vapor de la lavanda, un arbusto procedente de países mediterráneos que se caracteriza por presentar tupidas ramas espigadas colmadas de pequeñas flores de color morado”.
La fuente citada recomendó que, “para tratar el insomnio, puedes usar el aceite de lavanda dentro de un aerosol pulverizador y rociar tu almohada cada noche antes de ir a dormir. Bastará con poner simplemente unas gotas en el pulverizador mezclándolas con la cantidad de agua que prefieras”.
De hecho, un estudio citado por El Mundo, de la Universidad Médica de Taipéi, capital de Taiwán, llegó a la conclusión de que la lavanda es un importante aceite que permite conciliar el sueño, favoreciendo a la “activación del sistema nervioso parasimpático, que es precisamente el que provoca una sensación de tranquilidad y relajación. Esto se produce debido al linalool, un compuesto químico que se encuentra en esta planta”.