La naturaleza cuenta con una diversidad de plantas hermosas y poderosas para el cuidado de la salud, entre ellas el romero, una especie vegetal común en la península Ibérica y, en general, en toda la cuenca mediterránea que durante siglos se ha usado en la medicina tradicional gracias a las múltiples propiedades que posee y los beneficios que aporta al bienestar de los seres humanos.
Su implementación se ha vuelto tan común en distintas culturas que en la actualidad el aceite de esta hierba suele ser parte de los componentes de varios productos de skincare, debido a que ayuda a tonificar la piel y mejorar la circulación, entre otros efectos positivos para el cuerpo.
Una de las características principales del romero es que es un arbusto cuyas hojas verdes, pequeñas y alargadas, desprenden un aroma muy agradable, por lo que también es considerada como una de las plantas preferidas para decorar el hogar.
Del mismo modo, se destaca por ser uno de los ingredientes más usados en la cocina para potenciar el sabor de las comidas, así como en el mundo de la aromaterapia gracias a su poder para relajar y reducir el estrés, mejorando de paso las funciones intelectuales esenciales con su aroma, según expertos.
Aunque esta planta es muy fácil de cultivar porque es resistente tanto a las altas temperaturas como a las bajas, puede que su aspecto cambie drásticamente en caso de no prestarle atención a sus necesidades, que seguramente no se notan a simple vista, por lo que es importante observar en detalle su aspecto y la evolución de los nuevos brotes y hojas que produce, esto con el objetivo de evitar que se vea demasiado afectada.
Señales para identificar que la planta de romero está empezando a secarse
De acuerdo con la Revista Global una de las principales señales es que su aspecto cambia a marrón y esto puede ser causa de que la tierra está demasiado fría o demasiado caliente. En caso de que la planta de romero esté seca por estar a una temperatura muy alta, la mejor opción para recuperarla es llevarla a una zona más fresca donde tenga la posibilidad de volver a crecer.
Sin embargo, su estado seco también podría significar que no está recibiendo suficiente agua o luz solar, por lo que se recomienda mantenerla húmeda haciendo un proceso de regado adecuado para la misma, así como mantenerla en un espacio donde pueda recibir luz con la frecuencia que requiere para que siempre se vea radiante.
Cuidados del romero
Para evitar que el romero cambie su aspecto negativamente, hay tener en cuenta una serie de cuidados especiales, además de los que se mencionaron anteriormente, como mantener su cultivo en el exterior ya que le favorece el sol directo.
Si se comprueba que la tierra en la que se encuentra no está ni muy caliente ni muy fría y tampoco demasiado húmeda, esto podría ser señal de que la plata ya es vieja o no fue trata correctamente antes de comprarla y es demasiado tarde para recuperarla.
Además del luz y la temperatura, también es indispensable tener presente que, pese a que el romero puede tolerar suelos pobres, prospera mejor con tierra de tipo arenoso o en una maceta de terracota sin vidriar que ayuda a que el exceso de humedad pueda evaporarse.
Del mismo modo, hay que percatarse de que dicha maceta tenga un un orificio de drenaje apropiado. Otro cuidado bueno para el romero es que si se cultiva en un clima cálido se puede agregar un poco de abono, aunque generalmente esta planta no se alimenta mucho, pero en este tipo de climas sí es lo mejor para preservar su aspecto.