Desde tiempo atrás, las piedras preciosas han sido vistas como símbolos de riqueza, poder y exclusividad, debido a sus condiciones de formación, colores, tamaños y su belleza natural, convirtiéndose en invaluables y costosas joyas que han perdurado por generaciones.
Existen cuatro piedras preciosas, dentro de las más reconocidas y comercializadas en la historia, especialmente aquellos incoloros, entre las que se encuentran el diamante, la esmeralda, el rubí y el zafiro. El color, claridad, corte y tamaño, entre otras características, logran clasificarlos y de ahí, se da su calidad y costo.
No obstante, dos de las piedras que tienen grandes diferencias en sus componentes químicos son los diamantes y las esmeraldas. Por ello, es importante conocer las características para saber compararlas.
Esmeralda vs. Diamante
Por ejemplo, en el caso del diamante, es un “Carbón (C) cristalizado típicamente con una gama de colores que van desde el amarillo, marrón, gris hasta el incoloro”, según el sitio web de galeriaminasdecolombia.com, aunque en algunas ocasiones suele tener tonalidades azules, verdes, anaranjadas y rosas, casos extremadamente raros, y, por lo tanto, costosos.
Este tipo de gemas se encuentran en los yacimientos de Sudáfrica, Botsuana, Rusia, Canadá y el Congo, y se producen a más de 140 km de profundidad del manto terrestre y suben cerca a la superficie por medio de fenómenos volcánicos. Además, tardan entre 1 y 3.3 mil millones de años en formarse, bajo condiciones de altas presiones y temperaturas para su cristalización. Son uno de los elementos más duros que existe en el planeta.
Por su parte, en el caso de las esmeraldas son consideradas como una de las piedras más raras y preciosas del mundo debido a las condiciones de formación únicas provenientes de procesos hidrotermales. Entre las montañas escondidas de Boyacá y Cundinamarca, se encuentran los yacimientos y depósitos que escasean; algunas de las más famosas minas son Muzo, Chivor y Coscuez.
“No tienen un sistema de clasificación de calidad estandarizado, por lo cual, su valor sigue 5 lineamientos: intensidad de color, nivel de transparencia, tamaño, calidad de corte y nivel de tratamiento de fisuras. Comúnmente las esmeraldas tienen jardines (inclusiones) que impactan su pureza, sin embargo, al ser producto de formaciones de minerales tan abruptas, son ampliamente aceptadas en el mercado”, reseña la página citada anteriormente.
No obstante, por regla general los diamantes suelen ser más costosos que las esmeraldas, aunque sin duda, el valor de cualquiera de este tipo de piedras preciosas dependerá siempre de sus características.