Cuidar la piel a diario es determinante para que con el paso de los años no se generen afectaciones que lamentar, más allá de los procesos normales de envejecimiento. El avance de la edad suele reflejarse en líneas de expresión, arrugas, manchas y flacidez, por lo que adoptar medidas tendientes a protegerla es algo en lo que no se deben ahorrar esfuerzos.
Factores adversos como la contaminación, la exposición indebida al sol y los malos hábitos de vida inciden de manera permanente, causando estragos en la piel. Por ello, aplicar productos que ayuden a protegerla es muy importante y el uso de trucos caseros puede resultar de gran ayuda.
Uno de ellos es un exfoliante que se prepara con aceite de coco y café, una mezcla que resulta muy nutritiva y que, además, aporta antioxidantes. Se dice que la cafeína que se encuentra en los exfoliantes de café generalmente aumenta el flujo sanguíneo, dándole a la piel un tono más uniforme. Por su parte, el aceite es un suavizante de la piel y ayuda a eliminar las condiciones secas y ásperas.
¿Cómo preparar este exfoliante casero?
Para preparar este exfoliante casero se mezclan dos cucharadas de café molido y media de aceite de coco. Luego, se calienta de cinco a diez segundos en el microondas. Una vez que se haya enfriado la mezcla a una temperatura tibia, que sea segura para la piel, se aplica directamente en la cara limpia con movimientos circulares. Se deja que actúe durante 10 minutos y luego se retira con suficiente agua para que la piel quede suave y nutrida.
Recomendaciones a tener en cuenta
Sin embargo, aplicar productos de forma tópica no es la única forma de mantener la piel en perfecto estado. Para cuidarla también se deben tener en cuenta otras recomendaciones. Esto es lo que plantea en este sentido el instituto de investigación Mayo Clinic.
1. Protegerse del sol. Una de las formas más importantes para cuidar la piel es protegerla del sol. Los rayos ultravioleta pueden provocar arrugas, manchas y otros problemas de la piel, así como un aumento del riesgo de cáncer de piel. Para ello es importante utilizar un protector solar.
2. No fumar. Este hábito contribuye a la formación de arrugas. Fumar estrecha los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en las capas más superficiales de la piel, lo que disminuye el flujo sanguíneo y da un aspecto más pálido. Fumar también daña el colágeno y la elastina, las fibras que le aportan fortaleza y elasticidad.
3. Tratar la piel con suavidad. No se deben extender los baños con agua caliente porque esto elimina los aceites naturales de la piel. De igual forma, se deben evitar jabones fuertes y secarse con golpecitos. Es clave en caso de las pieles secas, humectarlas.
4. Llevar una dieta saludable. La alimentación sana ayuda a verse y sentirse mejor. Se deben comer muchas frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras, además de beber cantidades abundantes de agua para mantener la piel hidratada.
5. Controlar el estrés. Cuando el estrés está fuera de control, la piel puede volverse más sensible y se pueden desencadenar brotes de acné y otros problemas cutáneos.