La sarna se manifiesta por un sarpullido acompañado con picazón, producido por son pequeños ácaros llamados Sarcoptes scabiei.

Estos son los responsables de esa sensación de comezón permanente, la cual se produce mientras ellos están cavando. Esta sensación se puede intensificar durante la noche.

Los ácaros se pueden reproducir en varios medios, en especial en aquellos en donde hay mucho polvo, por lo que cualquier persona se puede contagiar.

La sarna se transmite por roce directo con la piel de la persona infectada | Foto: Getty Images

¿Cómo se puede contagiar de sarna?

De acuerdo al portal Cinfasalud, la sarna es una enfermedad muy contagiosa y normalmente se transmite con el contacto directo con la piel de una persona que ya la padezca. Por eso, su prevalencia es mayor en las zonas urbanas o viviendas donde hay más hacinamiento y durante las temporadas de frío.

Aunque los animales también pueden llegar a tener esta enfermedad, lo más probable es que usted adquiera esta enfermedad al compartir ropa, toallas o sábanas con una persona infectada, pues las mascotas no transmiten este tipo de enfermedades.

La forma como este ácaro transmite la enfermedad cutánea es a través de los huevos que deposita en los túneles que cava bajo la piel.

Los huevos eclosionan y las larvas de los ácaros llegan hasta la superficie de la piel donde maduran. Estos ácaros pueden propagarse a otras áreas de la piel o a la piel de otras personas.

La picazón proviene de una reacción alérgica del cuerpo a los ácaros, sus huevos y sus excrementos.

Hay que tener en cuenta que el ácaro de la sarna se transfiere por el contacto directo piel con piel, por lo que también puede transmitirse por relaciones sexuales.

Afectaciones de la piel | Foto: Getty Images

¿Cuáles son sus síntomas y complicaciones?

De a cuerdo a lo registrado en la página Cinfasalud, el síntoma inicial y más frecuente de la sarna suele ser un picor muy intenso, producto de la reacción alérgica a los ácaros, a sus huevos y a los desechos que producen.

Inicialmente, el brote es local y, después, tiende a generalizarse. Los ácaros excavan en la piel galerías finas e irregulares (surcos), que suelen ser muy estrechos y medir de cinco a quince milímetros de largo. Inicialmente, comienzan en las zonas de la piel, donde hay pliegues y grietas, como lo es entre los dedos, en la parte interior de las muñecas y de los codos, axilas, nalgas, la cintura, rodillas y borde interno de los pies, entre otros sitios

En los niños, sin embargo, el área de afectación suele extenderse y puede llegar a todo el cuerpo, incluidos el cuero cabelludo, las palmas de las manos y las plantas de los pies.

La sarna puede localizarse entre los dedos de las manos. | Foto: Getty Images

Los surcos que realizan los ácaros suelen estar acompañados al final por una protuberancia o pápula. A veces, existen también nódulos, ampollas o costras.

El rascado demasiado vigoroso puede producir úlceras en la piel que originen infecciones bacterianas secundarias, las cuales necesitan ser tratadas.

Aunque es una enfermedad incómoda, por fortuna su tratamiento es muy fácil. El tratamiento más común, cuyo objetivo es eliminar la infección, se basa en la aplicación tópica de cremas y lociones, que debe repetirse al cabo de unos días.