La carne es uno de los alimentos con mayor aporte nutricional. Se trata de un producto que le brinda al organismo una serie de compuestos clave para su buen funcionamiento. Es una proteína recomendada para incluir en la dieta de todas las personas, excepto en la de que aquellas que por razones de salud deban restringir su consumo.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que el cuerpo requiere las proteínas para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel. Según la Fundación Española de la Nutrición, la carne destaca por su contenido de vitaminas del grupo B, tales como la B1 (tiamina), B3 (niacina), B6 Y B12, además de la A, que se presenta en forma de retinol. Las carnes también poseen pequeñas cantidades de la E, ácido pantoténico y biotina.
Lavado de la carne
Si bien se trata de un alimento clave en la dieta diaria, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones en torno a su consumo. A diferencia de muchos productos que deben lavarse antes de efectuar una preparación, con la carne, independiente de cuál sea la presentación, incluyendo la molida, no debe lavarse, dicen los expertos.
Sin importar si se trata de carne de res, cerdo, cordero, pollo o de otras aves, no debe pasarse por el agua antes de cualquier tipo de preparación. Esto se debe a que las bacterias que sí hay en sus jugos y sus vísceras pueden propagarse al resto de alimentos y de utensilios de cocina que se usen.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se debe evitar porque podría darse, lo que se conoce como contaminación cruzada. De igual forma, no limpiar las superficies después de haber sido ocupadas por estos productos puede afectar la salud.
La mejor forma de eliminar las bacterias de la carne es cocinándola a la temperatura correcta que, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), es de 65 °C para la carne molida y los pescados y de 71 °C para las aves de corral.
Su importancia en la dieta
El instituto de investigaciones Mayo Clinic indica que para comer carne de manera más saludable, lo ideal es elegir cortes magros. Según el medio digital Business Insider, este tipo de carne es una gran fuente de B12, un nutriente esencial necesario para la formación de glóbulos rojos, la función neurológica y la síntesis de ADN. También aporta hierro, mineral que ayuda a transportar oxígeno por el cuerpo.
Mayo Clinic recomienda que cuando hay carne en el menú, lo recomendable es evitar las porciones demasiado grandes. Una porción de proteína debe ser de unos 85 gramos y una forma sencilla de lograr que la comida sea equilibrada es dividir el plato. La proteína no debe ocupar más de una cuarta parte; las verduras y las frutas deben cubrir la mitad, y los granos o cereales integrales deben conformar el resto del plato.