El cuidado de la ropa y las distintas prendas de uso para el ser humano, es un aspecto clave a la hora de cuidar la apariencia o cuerpo de cada persona. Dentro de esto, es importante no solo prevenir algunos daños, sino también, cuidar la higiene de estos elementos que adornan la estética del individuo.
El método más común para combatir la aparición de manchas o mal olor en la ropa suele ser utilizar la lavadora para lavar estas prendas, sin embargo, en algunos casos esto podría no ser efectivo, causando incluso más daños que los presentados de manera inicial.
Una duda bastante usual respecto al uso de este electrodoméstico, gira respecto a si es posible su uso para lavar zapatos, considerando que algunos de ellos están hechos de tela, sin embargo, es necesario realizar algunas puntualidades concretas.
La posibilidad de lavar este tipo de calzado en la lavadora depende de su estructura y del material del que está hecho ya que esto puede marcar la vulnerabilidad que puedan poseer los zapatos ante el movimiento brusco que implica este electrodoméstico.
Un ejemplo de esto son los zapatos de tela o lona, como lo son los reconocidos Converse, estos permiten ser lavados en la lavadora de manera correcta, sin embargo, aquellos zapatos que son basados en piel, o materiales similares a la piel, no suelen ser recomendados para estas acciones, ya que pueden presentar roturas o incluso deformaciones.
Tampoco se recomienda lavar dentro de este artefacto zapatillas deportivas, botines, o mocasines, calzados para los cuales se recomienda su lavado a mano con extremo cuidado.
¿Cómo realizar este proceso?
Es necesario puntualizar que, para poder meter los zapatos a la lavadora, estos deben ser preparados de cierta manera concreta, en primer lugar, se les deben retirar los cordones, además de que si estos están excesivamente sucios, se recomienda aplicar limón, o bicarbonato de sodio en la superficie del calzado.
De la misma forma, es importante programar la lavadora de acuerdo a las necesidades puntuales de uso, por lo que se suele recomendar un lavado ligero, y que no exponga los zapatos a temperaturas excesivamente altas.
Esto debido a que el color o la tela del calzado se pueden ver claramente afectadas por estas temperaturas, mientras que el tambor de la lavadora para lavados pesados puede generar movimientos muy bruscos que dañen los zapatos, o incluso cause una avería en la lavadora.
Finalmente, en lo referente al secado, se recomienda que estos sean secados a temperatura ambiente, a menos que se posea una secadora, la cual presente una programación especial y puntual que permita secar los zapatos, especialmente si se considera que esta puede exponer al calzado a temperaturas excesivamente altas.
Por lo que de manera concluyente, se puede establecer que es posible lavar los zapatos en la lavadora, siempre y cuando se considere su material, y también se pueda contar con una lavadora que a partir de su programación ejecute acciones poco bruscas frente al calzado, lo que no arriesgue su estado general.