En el mundo del hogar, pocas cosas son tan satisfactorias como deslizarse entre sábanas limpias y suaves al final de un largo día. Sin embargo, la satisfacción puede verse rápidamente arruinada si las sábanas salen de la lavadora arrugadas y difíciles de manejar. Afortunadamente, existe un truco casero que promete resolver este problema de una vez por todas.
La clave para evitar que las sábanas se arruguen durante el lavado radica en un conjunto de sencillos pasos y la aplicación de algunos principios básicos de la ciencia del lavado.
El primer paso para unas sábanas sin arrugas comienza antes de colocar las sábanas en la lavadora. Es crucial no sobrecargar la máquina; al hacerlo, se reduce el espacio necesario para que las sábanas se muevan libremente, lo que contribuye a la formación de arrugas. Para un lavado óptimo, se recomienda lavar las sábanas de una cama (la sábana encimera, la sábana bajera y las fundas de almohada) por separado o con un par de toallas para equilibrar la carga.
La temperatura del agua también juega un papel fundamental. Si bien el agua caliente puede ser excelente para eliminar manchas y desinfectar, el agua tibia es preferible para prevenir arrugas. El agua demasiado caliente puede encoger las fibras y provocar arrugas permanentes, mientras que el agua fría podría no limpiar adecuadamente las sábanas. Un ciclo de lavado a temperatura media es ideal.
Uno de los secretos mejor guardados es el uso de vinagre blanco. Añadir media taza de vinagre blanco destilado durante el ciclo de enjuague ayuda a suavizar las fibras de las sábanas y a prevenir la acumulación de detergente, lo que puede endurecer las telas y causar arrugas. Además, el vinagre actúa como un suavizante natural y puede ayudar a mantener los colores vivos y frescos.
El ciclo de centrifugado también debe ajustarse correctamente. Un ciclo de centrifugado demasiado rápido puede arrugar las sábanas, mientras que uno muy lento puede dejarlas demasiado mojadas, lo que también puede provocar arrugas al secarse. Un centrifugado a velocidad media es la mejor opción para eliminar el exceso de agua sin arrugar las telas.
El proceso de secado es tan importante como el lavado. Las sábanas deben retirarse de la lavadora tan pronto como termine el ciclo de lavado para evitar que se apelmacen y se arruguen. Una vez fuera, pueden sacudirse ligeramente para eliminar pliegues antes de transferirlas a la secadora.
Añadir bolas de secado de lana o pelotas de tenis limpias a la secadora ayuda a evitar que las sábanas se enrollen entre sí y a mantener el flujo de aire, lo que reduce la formación de arrugas. Estas bolas también aceleran el tiempo de secado, lo que es beneficioso para la eficiencia energética.
Si el clima lo permite, el secado al aire libre es una opción excelente. Colgar las sábanas al aire libre no solo las deja con un aroma fresco, sino que el peso de la tela húmeda ayuda a alisar las arrugas de forma natural. Se recomienda colgarlas en una cuerda bien estirada y en un área sombreada para evitar que el sol directo decolore los tejidos.
Para quienes buscan la perfección, un planchado ligero con una plancha a vapor puede dar ese acabado impecable. Asegúrese de que las sábanas estén ligeramente húmedas para facilitar el planchado y obtener un resultado liso y sin arrugas.
Implementar este truco casero no solo mejora la apariencia de la ropa de cama, sino que también prolonga su vida útil, haciendo de cada noche una experiencia de lujo y comodidad.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.