Entre las flores más populares en el mundo de la decoración se encuentran las orquídeas, un tipo de flor que se destaca por sus coloridos pétalos que van del blanco al violeta, dando un toque de elegancia y sofisticación en el hogar.
Pese a que parece que requieren de mucha atención desde el primer momento en el que se piensan tener, la verdad es que son flores fáciles de cultivar y cuidar, debido a que al ser una planta tropical se caracteriza principalmente por su resistencia.
Sin embargo, para sus cuidados es de vital importancia conocer el tipo de orquídea que se tiene en casa y, de este modo, poder brindarle los elementos que necesita para que crezca sana y llena de vitalidad, conservando sus radiantes colores.
Vinagre: así se puede usar para hacer florecer las orquídeas
El uso de este líquido con sabor agrio para el cuidado de las orquídeas podría ser el mejor aliado, ya que no solo se limita a mantener el pH y repeler plagas, sino que también tiene la capacidad de cumplir un papel activo como estimulante de floración de este tipo de plantas.
En este sentido, la adición de un poco de vinagre al agua de riego se convierte en la clave para poder proporcionar a estas plantan todos los nutrientes esenciales que requieren como el hierro, esto con la intención de que logren desarrollarse adecuadamente, sin perder su brillo.
Al incorporar una pequeña cantidad de este producto a la solución de riego, se agregan varios nutrientes adicionales a las orquídeas que le dan un impulso para seguir creciendo con la misma intensidad con la que inició su ciclo de vida.
Sin embargo, es indispensable resaltar que excederse con la cantidad de vinagre que se suministra al riego puede ser perjudicial para la planta, por lo que se recomienda ser prudente y no dejar de lado los demás cuidados que necesita para mantenerse intacta.
Consejos a la hora de cuidar una orquídea
Entre los más básicos está una iluminación correcta en espacios donde puedan recibir luz directa, dependiendo el color de sus hojas para evitar la aparición de pequeñas manchas negras. También es clave el riego, sin exceso de agua porque podría dañarlas.
Para este proceso se recomienda regarla una vez cada siete o diez días, indica el portal Architectural Digest México, dejando que la tierra se seque entre riego y riego.
Por otro lado, se aconseja humedecer sus raíces para que se oxigenen y normalmente, trasplantar cada dos años, cumpliendo también con la poda cada vez que sea necesaria.
Por último, pero no menos importante que los demás consejos mencionados anteriormente, no se debe pasar por alto el abono y el uso de un fertilizante líquido con una buena concentración de nitrógeno, fósforo, potasio y hierro, elementos que la ayudan a crecer de manera correcta.
En conclusión, para hacer que las orquídeas florezcan, primero es importante llevar a cabo todos los cuidados básicos, y luego acudir a estos trucos que les dan fuerza.