Durante varias semanas, Medellín ha sido una de las ciudades con mayor éxito a la hora de atender el coronavirus, pues sus estrategias de análisis de datos y contención le han permitido cercos epidemiológicos importantes. Sin embargo, la apertura económica y el reinicio —en algún modo— de la vida social, empiezan a pasar factura. Desde el primero de junio, Antioquia ha vivido un crecimiento constante y acelerado de casos de coronavirus. Sin embargo, el comportamiento de las camas en las UCI ha sido dinámico, si bien de miércoles a jueves de esta semana subió en una ocupación del 70 al 78 por ciento. El fin de semana llegó a 74,1. Presidencia, por esa razón, le hizo de inmediato la entrega de 50 ventiladores a la ciudad.   “Tenemos 148 en UCI covid y 148 UCI libres. Una vez lleguemos a 154 UCI ocupadas se activa la alerta naranja. Con esta alerta el Sistema de Emergencias Médicas de Medellín (SEM) se convierte en el sistema central para todo el departamento y se acelera el ingreso de los equipos que tenemos de reserva. Las próximas dos semanas significarán un ascenso rápido hacia el pico, luego vendrán un par de semanas de estabilización y después una tendencia de mejora continua”, le dijo el alcalde Daniel Quintero a SEMANA el viernes. El sábado tomó la medida. 

La gran esperanza de la capital antioqueña está en la consecución de mil camas de UCI, lo que se conoce como el Plan Mil, en los últimos meses pasó de 332 Unidades de Cuidados Intensivos a 556, presentando un crecimiento de 222 camas. Se espera que para el fin de semana del 18 de julio se tengan 300 UCI adicionales, lo que permitirá llegar a 856 camas. Después de esto seguiría la expansión con los ventiladores fabricados en la ciudad, con lo que se podría soportar el pico de la pandemia en caso de ser necesario. El crecimiento en camas “ha sido un esfuerzo coordinado entre la academia, los hospitales, la Alcaldía, la Gobernación y el Gobierno Nacional. Hemos preparado a nuestro personal en el manejo de diversos ventiladores gracias al apoyo de la universidad CES y un grupo de Intensivistas que ha liderado de principio a fin esta emergencia”, dijo Quintero.

Por ahora, este es el plan que tiene la ciudad para enfrentar lo que se cree que será el pico fuerte de contagios: Fortalecimiento a la red hospitalaria (en donde estarán ubicadas las camas UCI), con el objetivo de llegar a las 1.000 camas; apertura de la Clínica de la 80, recibida en comodato, la cual tendrá como propósito apoyar a la red hospitalaria desaturando los servicios de alta y mediana complejidad. Se contempla su apertura este lunes, después de la alerta naranja, la expansión de la Red pública en camas hospitalarias de baja complejidad; Plaza mayor, albergues y hoteles una vez se saturen o se superen las fases 1, 2 y 3 (una vez se declare la alerta roja). Dijo Quintero: “Plaza Mayor es la última alternativa, la hemos preadecuado y firmado todos los contratos necesarios con una cláusula que evita incurrir en gastos hasta que no sea 100% obligatorio. Su activación toma 10 días. Por ahora, se pondrá en funcionamiento la Clínica de la 80 que supone más de 22 mil metros de espacio para atención hospitalaria e incluso UCI, si resulta necesario”.