Bien dicen que la procesión va por dentro. Al contralor general de la República, Felipe Córdoba, se le ha visto en actividad nacional, viajando a distintas ciudades y en las tareas de control que corresponden a esa entidad.

Sin embargo, el funcionario, que resultó positivo por covid-19 en agosto de 2020 (la primera vez), anda lidiando con un par de secuelas, por demás, poco frecuentes entre las que padecen los afectados por el virus.

Mientras muchos de los que le han ganado la batalla a la enfermedad refieren que quedan con tos, cansancio, pérdida del olfato, insomnio o ahogamiento en algunos momentos del día, otros dicen tener efectos mayores como problemas vasculares y dificultad motora.

Pero, hasta el momento, ha sido poco frecuente que los afectados por este mal tengan vértigo y migraña, dos padecimientos que acompañan al contralor general, quien ha sido víctima de covid-19 en dos ocasiones: agosto y diciembre.

Córdoba, por su edad, aún no está en la lista de los vacunados, según el ritmo que lleva el Plan Nacional de vacunación.