La filtración de los detalles de la ponencia con la que el magistrado Luis Ernesto Vargas propone dar visto bueno al plebiscito por la paz le valió no sólo una recusación al jurista, sino un disgusto mayúsculo. Aunque la Corte ya decidió rechazar la solicitud para que el ponente se apartara del caso, en dicha providencia se explica por qué no se debía acceder a ella y deja en evidencia el disgusto que se llevó Vargas cuando se dio cuenta de que la prensa ya conocía su proyecto. En la decisión consta cómo el togado supone que alguno de sus compañeros fue el ‘pajarito’ que les contó a los periodistas el sentido de la histórica ponencia. El magistrado incluso pidió investigar quién proporcionó las fotografías de la parte resolutiva que rodaron por las redes sociales el día que radicó la providencia.