Cada que ocurre una tragedia o un desastre natural en Colombia, inevitablemente surge una conclusión que tristemente hizo carrera en el país: que las emergencias estaban anunciadas o advertidas. Así lo han demostrados los hechos, incluso con tragedias tan dolorosas y desbordantes en cifras como la avalancha de Armero ocurrida en 1985 y que causó la muerte de 23.000 personas, 4.400 heridos y más de 230.000 damnificadas. En su momento se dijo con documentos e informes que advertían del deshielo del nevado y posibles avalanchas. Esa misma línea de advertencias previas ocurrió con otras emergencias invernales ocurridas en los últimos trece años y que suman 436 muertos, 442 heridos, 76 desaparecidos y 1.411 damnificados en desastres naturales de Buenaventura (Valle), Manizales (Caldas), Mocoa (Putumayo) y Rosas (Cauca), entre otros. Estas son algunas de las dolorosas cifras que, según las alertas tempranas, pudieron evitarse: Buenaventura, deslizamiento de Bendiciones; abril 12 de 2006 Muertos: 38 Desaparecidos: 04 Damnificados: 800 Manizales, Caldas; barrio Cervantes; noviembre 05 de 2011 Muertos: 48 Damnificados: 111 Manizales, Caldas; cerro Sancancio; abril 19 de 2017 Muertos: 17 Heridos: 23 Desaparecidos: 01 Damnificados: 500  Mocoa, Putumayo; abril 1 de 2017 Muertos: 333 Heridos: 398 Desaparecidos: 71 Rosas, Cauca; abril 21 de 2019 Muertos: 19 Heridos: 25 Desaparecidos: 13