Después de una carrera de 23 años en la Fiscalía, el exfiscal Rodrigo Aldana llegó sin saco ni corbata ante los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. En este escenario, donde se discute sobre su actuar delictivo, es donde Aldana sorprendió con su intervención: "Quiero ofrecer disculpas por mi vestimenta, para mí es penoso tener que acudir a esta Corte en estas condiciones". El exfuncionario estaba avergonzado por su atuendo, cuando este tribunal se dispone a imponerle una sanción penal por su conducta: aceptó recibirle un apartamento al exsenador Otto Nicolás Bula Bula a cambio de frenarle un proceso de extinción de dominio de una de sus haciendas más preciadas. Fue el representante de la Fiscalía el que le hizo notar la pérdida de sus niveles de decoro; pidió un castigo ejemplar porque pese a su grado de ilustración tomó el camino torcido. En chaqueta gris, camiseta polo y tenis, Aldana recibió la negativa de la Corte sobre su petición de postergar la sentencia definitiva a la espera de una negociación con la justicia.