El diario The New York Times hizo una investigación sobre las personas que murieron a manos de la policía en Estados Unidos en la última década. El resultado fue impactante: 70 detenidos a la fuerza murieron diciendo “no puedo respirar”. Esa frase, inmortalizada en el caso de George Floyd, sonaba dramática y poco común. Según el diario, esas últimas palabras son bastante comunes y más de la mitad eran afroamericanos. En la mayoría de los casos la muerte no fue considerada uso excesivo de la fuerza, sino resistencia de la víctima. Con frecuencia la defensa argumenta que una de las frases del manual de entrenamiento policial es que “si una persona puede hablar, puede respirar”. Probablemente eliminarán esa frase después de la publicación del artículo.