Un incidente fuera de lo común sucedió mientras la Sala Plena de la Corte Constitucional debatía sobre la crucial acción de tutela que presentó el abogado del expresidente Álvaro Uribe, Jaime Granados, para revocar la condición de imputado del exmandatario, al considerar que la indagación, que fue realizada en la Corte Suprema de Justicia, no sería equivalente a un imputación de cargos.

Pues bien, los magistrados se encontraban sesionando en forma virtual y la cita debía guardar toda la reserva por la magnitud del caso que estaban discutiendo. Sin embargo, todo lo que sucedía en la Sala Plena estaba siendo filtrado por los togados a algunos periodistas que aprovechan sus redes sociales para publicar, minuto a minuto, lo que estaba pasando.

Ante este hecho, el presidente de Corte Constitucional, Antonio José Lizarazo, decretó un receso de la sesión y los magistrados no solo tuvieron que tomar el tiempo para el almuerzo, sino que fueron llamados a la Corte para sesionar de manera presencial y de este modo blindar la discusión. Así las cosas, sin celular en mano, el hermetismo será mayor y difícilmente continuará el reporte en línea de lo que está ocurriendo con la crucial discusión en la que está en juego la decisión de si Uribe está imputado o no.

Además, en este caso hay un capítulo ajeno, pero que tiene implicaciones directas. Se trata del juicio por corrupción contra el exsenador Richard Aguilar, quien, al igual que Uribe, renunció a su curul para que la investigación en su contra la asumiera la Fiscalía. El martes, otro alto tribunal, la Corte Suprema de Justicia, equiparó la indagatoria con la imputación de cargos, hecho que no puede ser desconocido en el debate, e incluso podría generar un choque de trenes entre la Constitucional y la Suprema.