Los generales activos y de la reserva de la Policía están seriamente preocupados ante la inminente posibilidad de que la institución salga del Ministerio de Defensa y pase al del Interior. Muchos lo consideran como una declaratoria de guerra. Quienes conocen a la Policía dicen que nunca antes se había sentido un nivel tan alto de rechazo ante una propuesta de cambio. El hecho también tendría preocupado a Estados Unidos. La Casa Blanca lleva años financiando especialmente su lucha antinarcóticos. A esto se suma que por lo menos 30 generales de todas las Fuerzas han manifestado su deseo de pedir la baja antes del 7 de agosto. Calma, calma, calma.