En su cuenta de Twitter, la modelo italiana había contado lo que vivía con su esposo y papá ausentes.
Camilla Fabri había puesto un trino hace muy poco pidiendo la libertad de Álex Saab. La modelo italiana era la cara más visible de esa petición de que la Casa Blanca liberara al empresario barranquillero, dueño de los más grandes secretos de Nicolás Maduro.
La mujer había narrado en una reciente entrevista lo que significaba vivir otra Navidad sin él: “Ni siquiera lo quiero imaginar”, dijo.
“Sentimos su ausencia todo el tiempo”, agregó. Narró que sus dos hijas pequeñas lo extrañaban, pero habían perdido la esperanza de verlo de nuevo. “Nuestras hijas ya ni se acuerdan de su papá... ¿Qué más quieren hacerle?”, agregó.
El amor de Saab por Fabri se ha vivido en medio de esa pelea con pasión, lujos y algo de locura. Para mostrar el enorme lazo que los une a ambos, en el libro Álex Saab, el reputado periodista Gerardo Reyes contó una escena que sorprendió.
“Durante un tiempo, Saab mantuvo como imagen de su WhatsApp una foto de primer plano de un llamativo ojo humano color azul aguamarina. Sus amigos decían que era el ojo de la mujer que lo enloqueció”, relata el periodista para describir el amor ilimitado que llegó a sentir Saab por ella.