El cabecilla de los Rastrojos Costeños, conocido como el Negro Ober, se convirtió en un problema para sistema penitenciario. Desde la cárcel extorsionaba, daba órdenes a sus cómplices en la calle e incluso amenazaba funcionarios. Los cambiaron de cárcel y andaba con celular, grabando videos y lanzando improperios.
Su paseo por las cárceles se acabó. Alias el Negro Ober no tendrá la posibilidad de acomodarse en una cárcel. Cada dos meses será trasladado de centro reclusión como parte de un operativo para frenar la burla que profesaba como delincuente a sus anchas en las cárceles.
Lo volvieron a cambiar de cárcel y destruyó las cámaras de vigilancia, todo un desastre. El Inpec, en el propósito de combatir los hechos criminales que nacen en las cárceles, implementó el Plan Dominó. Una estrategia contra los delincuentes que utilizaron los centros de reclusión como fortín de sus actividades criminales.
“Quién es el director… cabeza de mondá… Es la primera vez que ponen unas esposas de manos y pies maldita sea… quién es el director, primera vez que me esposas de manos y pies, en los tres carcelazos, maldita sea”, dijo el conocido delincuente mientras lo llevaban a su nueva celda.
En el Plan Dominó se incluyó un listado de los delincuentes más peligrosos y que causan más problema al sistema penitenciario; por supuesto están el Negro Ober y otras docenas de delincuentes que en adelante tendrán un guardia, un padrino que responderá por sus actuaciones, una vigilancia cuerpo a cuerpo.
Para fortalecer la estrategia, el Inpec incluyó un programa de traslado para esos privados de la libertad que se convirtieron en una papa caliente y que a donde llegan se implantan con un supuesto poder que no ostentan, pero que utilizan para ganar espacio entre los criminales.
En esa estrategia de traslados se incluyó al Negro Ober. No estará por más de dos meses en un mismo centro de reclusión. El Inpec lo trasladará como parte de un plan que pretende evitar la continuidad de sus actos criminales, que ocurren una vez el cabecilla se siente cómodo en una cárcel.