En el año difícil que vivió Álvaro Uribe por su situación jurídica, en la Corte inicialmente y ahora en la Fiscalía por cuenta de la investigación por presunta manipulación de testigos, el expresidente recibió una cifra superior a los 15.000 mensajes en su teléfono celular. Sus asesores le propusieron ayuda para responder a todos aquellos que le escribían, pero el exmandatario les dijo que quería responder personalmente cada uno de ellos por agradecimiento por esos gestos de solidaridad. Eso le tomó dos semanas.