El expresidente Álvaro Uribe no descansa. Durante el día, en su finca El Ubérrimo, ubicada en Córdoba, supervisa el ordeño, la cría y la venta de ganado, además de atender los aspectos relacionados con la operación del predio. También encuentra tiempo para conversar sobre los problemas del país y analizar a los precandidatos presidenciales del Centro Democrático. En las madrugadas estudia portugués y francés, así como su defensa jurídica en el juicio que enfrenta. Para no desfallecer, acude al yoga nidra, una práctica de meditación y relajación que consiste en llevar la mente a un estado de conciencia profundo con el que consigue la paz mental y alcanza el sueño. Así lo hacía cuando estaba en la Casa de Nariño. Por lo general, Uribe no asistía a los almuerzos y, en un rincón de su despacho o en un avión, se desconectaba mentalmente. En El Ubérrimo lo hace bajo un árbol o donde lo sorprenda el cansancio.