El gesto populista de AMLO, presidente de México, de no utilizar el avión presidencial se ha vuelto una comedia nacional. El avión estuvo en venta durante un año en Estados Unidos y nadie quiso comprarlo por los 150 millones de dólares que vale. Después el presidente propuso un trueque del avión por ambulancias, máquinas de rayos x y otros equipos médicos. Tampoco se pudo. Y ahora acaba de anunciar una rifa en la que 6 millones de mexicanos compren cada uno una boleta por 500 pesos mexicanos (27 dólares), de tal suerte que un campesino, un chofer o un vendedor ambulante podría terminar con el avión privado más lujoso de Latinoamérica. Al ganador le enciman dos años del costo fijo de mantenimiento.