Ante el no tajante que un magistrado de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla emitió frente a la solicitud de libertad presentada por el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez, ahora la decisión pasa a la Corte Suprema de Justicia, que definirá su situación.
Ante lo determinado por el magistrado en Barranquilla, la defensa de Mancuso, quien fue designado como “gestor de paz” por el gobierno del presidente Gustavo Petro, interpuso el recurso de apelación argumentando que el magistrado se extralimitó en sus funciones.
En la resolución de la petición, el magistrado advirtió que en el decreto por medio del cual se designó a Mancuso existen muchos vacíos sobre sus funciones, que raya en lo abstracto y no da claridad sobre lo que realizaría. “Por poco se asemejan a las funciones que desempeña el Alto Comisionado para la Paz”.
“No encuentra la Sala qué papel concreto desempeñaría el procesado –en referencia a Mancuso– en las mesas técnicas. Es más, no se sabe cuáles son las mesas, quién las integraría, dónde operarían, por cuánto tiempo sesionarían”, aseveró el magistrado al analizar punto por punto los detalles del decreto firmado por el presidente Gustavo Petro.
El exparamilitar se mostró inconforme y en su alegato, mientras argumentaba por qué sí debe quedar en libertad, advirtió que el fallo en su contra tiene tintes políticos y no jurídicos.
Mientras que se da la decisión por parte de la Corte Suprema, Mancuso seguirá privado de la libertad en La Picota de Bogotá, sin ningún beneficio en su calidad de gestor de paz.