Como ya es costumbre, después de una hora de espera al presidente Gustavo Petro, finalmente hizo su aparición.
Tras ser anunciada su entrada, un aplauso solitario se escuchó en el recinto. Nadie más se unió a la ovación y el emocionado apagó su euforia rápidamente.
El mandatario había sido uno de los fuertes críticos de los empresarios, hasta que se desplomó la inversión en Colombia, en 11 %, en el tercer trimestre del año.
En el caso de los concesionarios, no dejan de estar molestos por el congelamiento de los peajes y del reciente anuncio de que no se cobrarán como estaba en un proyecto de decreto: en diciembre el incremento de 2023 y en enero el de 2024.
La señal que se vio en ese aplauso solitario también muestra un efecto que se da la mano con los resultados de las más recientes encuestas, según las cuales el nivel de desaprobación del Gobierno ha aumentado de manera incremental.
En consecuencia, ¿fue un acto de protesta el aplauso solitario no acompañado por la mayoría de los concesionarios?
Al arrancar la intervención, también se sintieron tibios los aplausos. Señales que no se pueden perder de vista.