En medio de su denominado Acuerdo Nacional, con el que el presidente electo, Gustavo Petro, planea iniciar su gobierno el próximo 7 de agosto, son muchos los sectores y personajes que se han adherido a su gobierno, entregando su voto de confianza a la construcción de una “nueva Colombia” basada en la reconciliación.
En ese contexto, recientemente sorprendió al país la declaración del Partido Conservador, el cual, coincidentemente con algunos anuncios en el Gobierno entrante, ha manifestado su deseo de trabajar de la mano de las colectividades afines al proyecto del nuevo presidente, en el Congreso de la República.
En ese mismo sentido, y sin la existencia de una adhesión o manifestación explícita de simpatía, este domingo también sorprendió la posición que ha asumido el exvicepresidente de la República Germán Vargas Lleras frente a los que se vislumbra será el gobierno de Petro Urrego.
Dicha posición se ha visto reflejada en su más reciente columna de opinión para el diario El Tiempo, en la que el también excandidato presidencial en 2018 presenta sus puntos en común y en contra con el nuevo presidente electo.
Sin embargo, más allá de la sorpresa que puede derivarse de la confesión de la existencia de puntos en común, y los puntos de vista compartidos frente a la hoja de ruta que emprenderá el país a partir del 7 de agosto, lo que sí despierta curiosidad es la forma en la que el columnista ha dejado atrás algunas de las críticas que hacía públicas 4 años atrás, cuando competía con Petro, Duque, Fajardo, y otros, por la Presidencia de la República.
Haciendo un ejercicio retrospectivo, saltan a la vista una serie de trinos en los que Vargas Lleras se mostraba férreo frente a su contrincante, acusando que, más allá del término ‘castrochavismo’ acuñado por otros sectores políticos para atacar a Petro Urrego, él no lograba estar de acuerdo con “el modelo que Chávez implantó y que Petro propone para Colombia”, afirmando estar en discordia con el “populismo de izquierda que promete y no cumple. Es solo discurso”, recordando a su vez la experiencia del Gobierno del ahora presidente electo cuando fue alcalde de Bogotá.
Por esas mismas fechas, y previo a las elecciones, Vargas Lleras arremetía contra Petro afirmando que “los bogotanos somos testigos de que una cosa es prometer y otra hacer. Petro es experto en lo primero”, acusando que, durante su campaña presidencial, el entonces candidato de la Colombia Humana había recorrido varios lugares exponiendo propuestas ‘incumplibles’; algunas de las que ahora, en 2022, se ha manifestado partidario.
En dichas justas por la presidencia en 2018, Vargas Lleras también arremetió contra Petro señalando algunas conductas propuestas que él calificó “peligrosamente cerca de la expropiación”, expresando que ello podría ir en contravía de la Constitución, y la forma en la que la carta magna protege “la libre empresa y la propiedad privada”.
Si bien ahora Vargas se ha manifestado en acuerdo con algunos de los proyectos de Petro, hace cuatro años, en medio de los debates que los enfrentaba, tomaba posiciones opuestas, acusando que “no comparto con Petro ni su modelo económico ni su visión de país. Yo defiendo el libre mercado y la institucionalidad”.
En aquel entonces, al igual que en las pasadas elecciones, tal y como lo evidenciaba Vargas Lleras, previo a las votaciones, el ahora presidente electo, en medio de la incertidumbre por los resultados que podría alcanzar, arremetía contra la institucionalidad, acusando la existencia de un fraude (en elecciones que aún no se realizaban).
En el contexto, Vargas Lleras notaba otros escenarios en los que Petro se denunciaba objeto de persecución, y lo llamaba a respetar las instituciones.
Y aunque se pudiera pensar que el cambio de posición de Vargas Lleras ha sido cuestión del último cuatrienio, posiciones recientes expresadas en su columna evidencian que no es así, y que el proceso sería aún más reciente, abriendo la puerta a nuevamente preguntarnos: ¿qué lo hizo cambiar de opinión y tan rápido?