El expresidente Iván Duque se refirió al atentado que sufrió el 25 de junio de 2021 en el helicóptero Black Hawk en el que se transportaba en Norte de Santander. Habló del tema en el lanzamiento de su nuevo libro ‘Duque, su presidencia’.
En el evento aseguró que ese día, desde temprano, notaba “cosas raras” en el trayecto y que por eso pidió recortar el tiempo de la visita. El exmandatario dijo que tenía un presentimiento. Además, que llevaba consigo un rosario.
Fue cuando estaban a bordo de la aeronave que escuchó golpes consecutivos que, según dijo, se escuchaban como un “maíz tote”.
El exmandatario afirmó que los coroneles con los que iba querían garantizar la seguridad, mientras que él y sus ministros estaban un poco desconcertados.
Duque reconoció, a modo de anécdota, que pidió que se manejara la información con cautela, pero cuando se dio cuenta, ya estaba publicada en SEMANA.
Posteriormente, cuando se terminaron los impactos de bala, se bajaron del helicóptero y vieron los múltiples disparos en el fuselaje de la aeronave.
Procedió a llamar a su familia, especialmente a su esposa María Juliana Ruiz, para contarle a sus hijos lo que había sucedido y que estaba bien.
Cuando la situación era menos tensa, se sentó a pensar: si el helicóptero se hubiera caído, ¿qué habría pasado en el país? Esto tomando cuenta que se transportaba con mandatarios locales, ministros, coroneles, familiares, entre otros miembros indispensables para el Estado.
“Ese día me cambio la forma de ver el ejercicio de la presidencia. Haber tenido la muerte tan cerca me hizo valorar cada instante. Todos estamos dispuestos a morir en el servicio. Hay un día después de ese momento tan difícil”, afirmó Duque.
El expresidente afirmó que desde ese día aprendió a “valorar las pequeñas cosas, a vivir intensamente y a agradecerle a Dios por cumplir con su deber”.