Hoy en día, las amenazas a la seguridad no vienen solo de parte de delincuentes armados que ingresan a las instalaciones de las entidades en busca de dinero sino también desde el mundo digital, donde ciberdelincuentes buscan el secuestro de información, uno de los activos más valiosos en pleno siglo XXI.
Desde 2022, el número de ciberataques en Colombia ha aumentado considerablemente en comparación con años anteriores. Según Fortinent, organización especialista en ciberseguridad, en 2022 el país recibió 20 mil millones de ciberataques, un crecimiento del 80 % en comparación al año anterior.
Dicho incremento va en relación con el panorama mundial, pues según el Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, los delitos cibernéticos se incrementaron en un 600% tras la pandemia y es la octava amenaza mundial en términos de mayor impacto a la que se enfrenta hoy la humanidad.
Importantes infraestructuras críticas del Estado, tanto públicas como privadas, han sido víctimas de ciberataques y del robo masivo de información en el último año. Por ejemplo, Colsanitas perdió 0,8 terabytes de información, entre los que se incluían estados financieros, balances, presupuestos e información personal de sus usuarios.
Por su parte, el Invima fue víctima de dos ataques cibernéticos en 2022, pero no hubo ningún tipo de fuga de información. La información está encriptada
Igualmente, la Fiscalía General de la Nación fue víctima de un ataque cibernético, en el cual más de 10 terabytes de información sensible, incluyendo correos privados fueron secuestrados por ciberdelincuentes.
En mayo de 2023, la plataforma SECOP II, la cual es clave para asuntos de contratación pública en el país, estuvo fuera de línea durante más de 30 horas como consecuencia de un ataque coibernético.