El lunes llegó al despacho del secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, la carta de renuncia de Andrés Idárraga Franco, quien hasta ahora se había desempeñado como director de Derechos Humanos de esa oficina del Distrito.
En el documento, Idárraga hace varias críticas a la administración distrital y alude a diferencias “en el enfoque sobre el papel de una Dirección de DD.HH. en la ciudad, máxime en circunstancias tan particulares como las que actualmente afronta Bogotá”.
El ahora exfuncionario cuestiona varias posiciones de la Alcaldía de Claudia López, empezando por lo que llama “falta de postura ante las violaciones de los derechos humanos en la ciudad”.
“La administración tiene la responsabilidad de ser garante de los derechos humanos y esto implica que, ante situaciones de abuso policial, por respeto a las víctimas y a la ciudadanía, se asuman posturas claras como primera autoridad (…) La tibieza ante el abuso policial puede seguir costando vidas”, dice la carta.
Además, Idárraga muestra su descontento por “el desconocimiento de la ciudad y del papel de la Dirección de Derechos Humanos”, pues en su opinión fue “incongruente la decisión de reducir a la mitad el equipo de la Dirección de DD.HH., en un momento en que la agenda distrital y nacional gira en torno a la garantía de los derechos humanos”.
El exdirector de DD.HH. también mostró su descontento por la “ambigüedad en el informe presentado a la CIDH”, debido a que los informes, “que tan solo contienen en escasas tres hojas la información procesada por la Dirección de DD.HH., está lejos de reflejar el trabajo realizado a lo largo de los días del paro nacional por parte del equipo”.
Pero sobre todo, dice, el informe presentado por la Alcaldía ante el organismo internacional “está lejos de evidenciar la magnitud de las graves violaciones a los derechos humanos (…) Es inaudito hablar de ‘fallas del servicio’ o ‘incidentes de atención’, cuando son denuncias por violaciones a los derechos humanos”.