Y hablando de Uribe, una de las pruebas más enigmáticas de su proceso es el celular de Juan Guillermo Monsalve. Se lo decomisaron en un operativo en la cárcel La Picota en enero del año pasado y no se supo nada del aparato durante más de un año. Hace unas semanas, la Corte Suprema se lo envió a la Fiscalía. En ese informe judicial hay datos interesantes. Se trata de un Samsung A30 de color azul oscuro. Los técnicos tuvieron que desencriptarlo, ya que no tenían la clave. Monsalve contaba con 2.354 contactos, manejaba 254 contraseñas y hacía charlas fluidas por todas las plataformas de mensajería. Los investigadores pudieron determinar incluso cuáles de estas fueron borradas. En WhatsApp eliminó 13 conversaciones; en Facebook, dos, y en Native Messaging, cuatro. Hay mucha expectativa por la información que puede estar allí. ¿Con quién hablaba Monsalve y sobre qué?